Los problemas del idioma

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Icon Entertainment International
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Una de las convenciones más usuales del cine es que, no importa en donde se esté desarrollando la historia, los personajes hablarán en el idioma del país que produce. Es por ello que Leónidas puede ser entendido tan bien por los espectadores, a pesar de que originalmente hablaba griego antiguo. Sin embargo, en algunas ocasiones es necesario dar a entender que se está hablando más de un lenguaje, lo que puede llegar a generar una gran cantidad de problemas.

En los primeros años del cine hablado de Hollywood, dado que no se esperaba que la cinta llegara fuera de sus fronteras, usualmente bastaba con que una persona sonara extranjera, por lo que para los lenguajes asiáticos o africanos, muchas veces sólo se decían palabras sin sentido que lo pareciera, mientras que otros idiomas más cercanos, como el español o el francés, se limitaban a repetir algunas frases, aunque no tuvieran nada que ver con la idea real. Fue hasta algunos años después, que Hollywood creciera lo suficiente, que fue necesario comenzar a cuidar un poco más la cuestión, aunque ello fue relativo. Un caso muy especial fue el Drácula en español, en donde toda la carga de terror se perdía entre una mezcolanza no sólo de acentos de toda Latinoamérica, sino incluso modismos. Dado que todos los actores eran bilingües, el guión se les dio en inglés, que ellos traducían de acuerdo a sus usos locales.

El acento era problemático no sólo cuando se usaban a actores de varias regiones, sino incluso para darle realismo. En El Tesoro de la Sierra Madre, es posible oír a mexicanos hablando con un fuerte acento estadounidense, lo que delataba a leguas que no eran nativos de esta lengua.

En Europa, por otro lado, la cercanía de varios países, y el hecho de que muchos de ellos sean multilingües, permite que este problema se vea muy minimizado. En Las Alas del Deseo, por ejemplo, podemos oír diversos idiomas hablados con una fluidez que no veremos en las producciones de Estados Unidos.

Una anécdota curiosa en este sentido se dio en El Hombre del Revolver de Oro, en donde las únicas actrices orientales que se consiguieron eran una china y una tailandesa, por lo que sus "conversaciones" eran en el lenguaje de cada una, sin entender realmente lo que decían.

En el aspecto del idioma, uno de los ejemplos más curiosos lo dio Mel Gibson, quien en dos de sus cintas utilizó las lenguas originales, en un caso maya, y en otro hebreo antiguo, en un intento de oirse más sofisticado, pero sólo logró complicar la producción.

Un problema algo más difícil se da cuando se deben de crear idiomas de la nada, pero ese será tema de una entrada posterior.