Los protagonistas de "Fifty Shades of Grey" quieren escandalosas subidas de sueldo para la secuela

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La esperada adaptación de "Cincuenta sombras de Grey" ("Fifty Shades of Grey") abrió hace unas semanas con unos ingentes 81 millones de dólares, aunque rápidamente sufrió una caída del 73% tras su primer fin de semana. Eso significa que la película no gustó y el boca a boca fue negativo, pero aun así su empuje inicial la hizo recaudar más de 500 millones de dólares en todo el mundo, una cifra impresionante teniendo en cuenta su relativamente bajo presupuesto. Sin embargo, la secuela se encuentra sin director ni guionista, ni siquiera pueden asegurar la participación de los protagonistas.

Parece ser que Jamie Dornan y Dakota Johnson han pedido escandalosas subidas de sueldo para volver. En la primera entrega cobraron 250.000 dólares cada uno y se dice que para comenzar a hablar de momento tendrían que alcanzar las 7 cifras, más una tajada en función de su recaudación final.

Aún así, el medio informa que la presidenta de Universal, Donna Langley podría terminar cediendo pues no quiere unas estrellas descontentas. Piensa que es suficiente tener que lidiar con la autora E.L. James (una ególatra, o eso dicen) y para colmo tienen que encontrar un nuevo guionista y director. Parece difícil por tanto que se puedan mantener los 40 millones de dólares que costó hacer la primera.

Acerca del guión, hace algunas semanas informamos que la autora de las novelas reclama encargarse ella sola de la adaptación del próximo guión, coronando su escalada de poder y desencuentros con la directora Sam Taylor-Johnson. Universal Pictures y Focus Features por supuesto disponen de los derechos para llevar al cine “Cincuenta sombras más oscuras” y “Cincuenta sombras liberadas”, pero al adquirirlos brindaron a su autora un inmenso poder de decisión en cuanto a las adaptaciones que la escritora se está tomando muy en serio.

La autora habría exigido tener control absoluto sobre el guión de la ya anunciada secuela, lo que ha retrasado el inicio de la producción hasta poder llegar a un acuerdo. La primera entrega fue escrita por la autora en colaboración con Kelly Marcel y después fue revisado –sin acreditar– por Patrick Marber. Pero en esta ocasión E.L. James se niega a trabajar de nuevo con Marcel y quiere encargarse ella sola de la adaptación, contra los deseos del estudio.