Luis Tosar, uno de los actores más importantes de la filmografía iberoamericana actual, está de visita en Santo Domingo. El intérprete, que ya había estado en República Dominicana cuando vino en 2006 a filmar escenas de “Miami Vice”, la versión para el cine de la serie de televisión dirigida por Michael Mann, ha regresado esta vez para realizar algunas actividades.
Entre las cosas que vino a hacer estuvo una proyección especial de “Operación E”, película que protagoniza, y que se llevó a cabo anoche en el Palacio del Cine de Blue Mall.
Invitado por Palmera Pictures, Tosar tiene pautado realizar un conversatorio moderado por el director español Manuel Martín Cuenca, hoy a las 10:30 de la mañana en las mencionadas salas de cine.
Tosar conversó sobre la forma en que construye personajes tan entrañables como el José de “Los lunes al sol” (Fernando León de Aranoa, 2002), o tan temibles como el Malamadre de “Celda 211” (Daniel Monzón, 2009).
El actor asegura que no tiene un método para construir sus personajes. “No fui a ninguna escuela. Voy un poco improvisando sobre la marcha, viendo que pide el personaje, que pide la película, según como sea el director adaptándome a la forma de trabajo”, dijo Tosar, nacido hace 42 años en Galicia, España, y quien se inició en la actuación impulsado por una profesora de literatura cuando estaba en la secundaria.
De su papel en la mencionada “Celda 211”, trabajo que le valió su tercer Goya, premio que otorga la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de España, y del que reconoce se hizo dueño, puso más de sí que lo que pudo aportar la dirección. “El personaje exigía tanta composición, que al final ves que hay mucho puesto por ti en la historia”, comenta, y que era un rol que no paraba de crecer y que corría el riesgo de que se le fuera de las manos.
Otro trabajo que exigió mucho de él fue el trabajo de encarnar al Crisanto de “Operación E”, empezando porque se trata de un campesino colombiano, lo que implicaba un trabajo exhaustivo con el acento y el hecho de ser rodada en la selva. “El primer día de rodaje lo recuerdo como probablemente uno de los días más duros de toda mi vida”, rememora Tosar, ya que tuvo que vivir en la selva, y que tenía “la sensación de no querer estar ahí”.
Estos personajes, según dice, los escoge porque con ellos da curso a sus preocupaciones sociales y políticas. Y que de alguna manera, en estas películas lleva ideas que se quedan en la mente de los espectadores.
“La gente entra en una sala de cine y durante una hora y media vas a tener la oportunidad de hacerlos girar alrededor de una idea. No les vas a complicar mucho mas la vida”, dice confiado en que con el activismo artístico es capaz de hacer llegar al público su postura.