Marcella: Luther y River entran a un bar

El crimen por televisión está en buena época. Prime Suspect y The Wire, series relativamente jóvenes, son ahora vistas como clásicos. True Detective causa reacciones bipolares. Y aunque CSI, NCIS y sus respectivos spin-offs continúen generando temporadas, verlas es más un tema de elección que de obligación por falta de variedad. Tan sólo en Netflix, está la audición de Jamie Dornan para su papel en 50 Sombras de Grey (también conocida como The Fall, y con una Gillian Anderson muy británica en el elenco). The Killing, tanto la versión estadounidense como la excelente serie original, está disponible. Sherlock también. Luther, protagonizada por Iris Elba, acaba de añadir nuevos episodios. Y River, la ingeniosa pero poco reconocida mini-serie del año pasado, ha obtenido distribución global a través de la plataforma en línea.

Marcella, la última serie británica en añadirse a la lista, reside en medio de River y Luther, tanto en cuestiones temáticas como formales. A diferencia de varios procedurals donde un grupo de personajes resuelve un misterio por episodio, muchas veces convirtiéndose en una fórmula, los dramas de misterio europeos anteriormente mencionados combinan la vida profesional y personal de sus personajes al borde de romper la diferencia, y Marcella no es la excepción: A pesar de ser una detective exitosa, investigando la aparente resurrección de un asesino tras décadas de una serie de crímenes sin respuesta, las consecuencias emocionales de un matrimonio en crisis afectan su rigor profesional, incluso empujándola a cometer actos que, ni ella ni nadie, termina de entender.

Las aventuras de detectives atormentados existen al menos desde el film-noir, y Hans Rosenfeldt (creador de la serie ) tiene experiencia en el tema. Cuando no está haciendo series británicas, está preparando la última temporada de The Bridge, co-producción nórdica que ha recibido numerosas adaptaciones. Pero mientras Saga Noren (Sofia Helin), la protagonista de esa serie, padece de una especie de Síndrome de Asperger o un tipo de comportamiento que la separa inmediatamente del resto del mundo, Marcella (Anna Friel) sufre de algo más abstracto, al menos cuando la trama decide empujarla en esa dirección.

La serie no es mediocre, pero si recurrente, especialmente si se ha visto Luther o River antes. Y aunque Marcella si tiene una serie de características que las separan de otros proyectos, no las exhibe suficiente tiempo (durante los 8 capítulos que abarca la primera temporada) para sentirse realmente original. La solución al misterio se vuelve metódica, incluso formuláica, y la conclusión se asemeja a una herramienta narrativa de Shakespeare, remojada con el potencial del melodrama.

Eso es cuando Marcella es solo una serie de misterio. Cuando su protagonista regresa a casa, a enfrentar a sus hijos aislados y la compleja separación de su marido (Nicholas Pinnock), se convierte en un verosímil e intrigante drama que libera a Friel. Pero eso no dura suficiente tiempo. En su menor nivel, Marcella es un drama que recuerda e invita a explorar a Luther, River, The Killing, y las décadas de narrativa Europa en televisión, de cara al misterio y el tormento. En su mayor nivel, es una propuesta de variación profundamente innovadora. Pero necesitará más tiempo. Claro que, si un fundamento de la serie es la falta de claridad en la memoria de su protagonista (y la transmisión de esta a su audiencia), quizás sólo haya que esperar su florecimiento, con la llegada de una temporada nueva.

MARCELLA

• Creada por Hans Rosenfeldt
• Elenco: Anna Friel, Sinead Cusack, Nicholas Pinnock

CLASIFICACIÓN CINE3: 3.5/5