Mi nombre es John Lennon. ¿Y uno qué sabe de los planes de Dios?

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Mi nombre es John Lennon. (Nowhere boy) Reino Unido, 2009.

  • Dir: Sam Taylor-Wood
  • Reparto: Aaron Johnson, Kristin Scott Thomas, David Morrissey

Calificación: 4/5

El impacto indiscutible de una personalidad como John Lennon en el imaginario colectivo contemporáneo, parece  mucho más nítido, comprensible y veraz, justo cuando se cumplen  30 años de su muerte a manos de  Mark Chapman.  Un claro ejemplo cómo las personas no sólo dejan huella a través de su arte, sino también a través de su carisma, estilo y filosofía de vida.  En realidad, John Lennon no sólo compuso  e interpretó música, le dio al mundo un punto de vista diferente, revolucionario y particular sobre el amor y la paz que logró conmover a generaciones enteras.

Y en realidad esta película viene bastante bien como tributo al que se considera  el genio creador de los Beatles, en este aniversario luctuoso tan especial.  Si bien es cierto que Lennon ya ha inspirado numerosos trabajos fílmicos entre los que se incluyen documentales y otros trabajos de recuperación biográfica, éste resulta una historia bien contada de un episodio de la historia de una de las celebridades más conocidas a nivel mundial.

La cinta abarca la adolescencia de Lennon, el momento justo antes de que conformara la banda de rock más popular de todos los tiempos. Se enfoca principalmente a narrar la difícil relación entre su tía Mimi, quien lo cría, y su madre Julia,  justo antes de que el destino le haga la mala pasada de morir atropellada.

Y si no fuera porque estamos hablando de John Lennon, la verdad es que la historia es un melodrama común acerca de la  relación de un chico y su conflictiva situación familiar.

De hecho tampoco sería muy impresionante ver cómo un chico se desarrolla siendo parte de  una generación en transición, cómo enfrenta los conflictos contra la autoridad, la disciplina, el descubrimiento de su sexualidad y construye la relación con sus amigos, que parecen ser los únicos que te comprenden a esa edad; claro, a menos que otra vez estemos hablando de John Lennon y que uno de los amigos de la adolescencia sea nada menos que Paul McCartney.

Y finalmente, tampoco sería relevante anotar que los conflictos de una familia disfuncional son  claves para las afirmación de la personalidad, y que en este caso, permiten entender un poco mejor la personalidad de un hombre que hasta el final de su vida,  promovió la tolerancia pacífica y pidió al mundo una oportunidad para la paz.

Pero más interesante que eso, es descubrir que no hay mucho que separe a Lennon de los chicos de su generación, ni entonces y quizás tampoco ahora. No afecto al trabajo y al estudio (ahora nos enteramos que John Lennon hubiera podido ser catalogado no ni-ni en la actualidad) perseguir un sueño y creer en él es la fuente de inspiración principal para una personalidad como la suya, con ávida curiosidad por el mundo que le rodea, y hacer el esfuerzo de ver más allá, de adelantarse a su tiempo.

Personalmente, creo,  que la película puede ser mucho más ilustradora de otros procesos, que el saber que Lennon no se llevaba bien con su familia durante la adolescencia. Por ejemplo, la cinta muestra el impacto de figuras como Elvis Presley y las corrientes musicales norteamericanas como el rockabilly, el soul  e incluso el jazz, en  chicos que no se identifican con eso en automático.  Lennon y su banda descubren que su papel no sólo es el hacer sus versiones de lo que ya es de hecho exitoso, sino interpretarlo a su manera, reinventarlo y devolverlo al mundo corregido y aumentado.

Ese es en realidad el germen de un rock de hechura británica y europea que lo quitaría el apellido de &roll, y lo volvería conceptual, genuino, auténtico, profundo y revolucionario.  Para eso se necesitaba un visionario capaz de trascender a los propios creadores y fundar algo nuevo. Y ese hombre era justamente John Lennon. La mejor frase de la película es sin duda cuando se pregunta “Dios, ¿porqué no me hiciste Elvis Presley?” y la mamá le responde “porque te estaba guardando para que fueras John Lennon” y sin saber nada acerca de los verdaderos planes de Dios, parece que en esta ocasión Julia tenía razón.

Lo mejor:

  • Las actuaciones son bastante buenas. No basadas necesariamente en los esterotipos de figuras como Lennon y McCartney, se sienten frescas, nunca hay el intento de hacer que brillen de más o exagerar sus atributos que después todo el mundo adoraría. Son dos chicos con problemas, que se encuentran estando en el lugar indicado, en el momento indicado.
  • En este mismo rubro destaca por mucho el trabajo de Kristin Scott Thomas como la dura y estricta Tía Mimi.
  • Un muy buen retrato de los sesentas, y lo abrumador que resulta encontrar que definitivamente la adolescencia es una etapa díficil, ni hablar, Stephen King tiene mucha razón.
  • Una historia bien contada, bien actuada y con un guión sólido es lo que vemos en pantalla. Una excelente opción sin estridencias para el fin de año.

Lo peor:

  • Fans de los Beatles desilusionados al salir de la sala, y pensando que en el soundtrack podría haber más música del cuarteto Liverpool. No es una película musical, ni sobre los Beatles, eso que quede claro para que nadie se sienta defraudado.
  • El drama intimista y familiar que no tendría ninguna necesidad de ser contado, a menos claro, que el protagonista sea Johnn Lennon. Un melodrama es lo que vemos y apesar de su aceptable manufactura, bien podría ser la materia prima de un capítulo de "Mujer casos de la vida real"
  • ALERTA SPOILER: La palabra "Beatles" nunca se menciona. Uno se queda pensando, claro, lo importante es hablar de Lennon... porque la historia es tan pueril que - como ya dijimos- solo se salva porque sabemos algo más de la vida de Lennon..si, pero ¿quién sería Lennon sin los Beatles? mmm...¿qué palabra dije que nunca se menciona?... uy! mucha complicación no creen?