Muere Michael Cimino, director de la película maldita de los ochenta La puerta del cielo

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Muere a los 77 años, en su casa de Los Ángeles, el director Michael Cimino. Su amigo y exabogado, Eric Weissmann, confirmó su muerte ayer, 2 de julio, por circunstancias aún desconocidas. Thierry Frémaux, director del Festival de Cannes, también anunció el deceso del cineasta en su cuenta de Twitter y declaró que había estado en compañía de las dos mujeres que lo amaron. Sin embargo, la versión oficial indica que fueron las llamadas no contestadas que hicieron sus amigos para localizarlo las que provocaron la actuación de la policía. Murió solo, quizá un final que él mismo hubiera elegido para la historia de su vida.
Reconocido por un par de películas, Cimino hubiera sido, de todos modos, una leyenda, como Ed Wood Jr. Nació en Nueva York. Su padre era un compositor de música para desfiles, y su madre, una diseñadora de modas. Su formación incluye estudios en pintura, arquitectura e historia del arte. Después su biografía ronda entre la indeterminación y las reimaginaciones.
Es conocido el episodio de que después de mucho tiempo lejos de la vida pública, regresó a Cannes, en 2007, con visibles cirugías que le habían afinado la nariz, delineado las cejas y quitado las arrugas; se sospechaba que se había cambiado de sexo, lo cual no se confirmó. Tampoco se sabía cuántos años tenía. Él afirmaba que había nacido el 3 de febrero de 1939, aunque se le calculaba diez años menos de edad. Esa personalidad ambigua, fantasmagórica, propició que el reportero y crítico de cine, Luis Martínez, de El País, asegurara que al acercarse al neoyorquino para entrevistarlo, había descendido la temperatura al menos 10 grados: “El hombre daba frío”.

Robert de Niro y Michael Cimino en El Francotirador
Robert de Niro y Michael Cimino en El francotirador

En otra anécdota, se cuenta que Cimino contó que El francotirador (1978), la película por la cual ganó el Óscar, era una película que retrataba su experiencia en la guerra de Vietnam, cuando el guion era original de Louis Garfinkle y Quinn K. Redeker. Cimino era el auténtico ilustre desconocido, que por medio de su autobiografía se descubre, si no el hombre de carne y hueso, sí el cineasta que apostó su inmortalidad a la creación de su obra, quizá a una sola película: La puerta de cielo.

Escena de La puerta del cielo
Escena de La puerta del cielo

Ya se ha contado la historia. De 44 millones de dólares que invirtió la United Artists, la película con un metraje de 5 horas sólo recaudó 4 millones. El cineasta, por su parte, fue considerado el peor director de 1981. En 2012, en el Festival de Venecia se proyectó una nueva versión de más de 3 horas de La puerta del cielo, la cual fue aplaudida de pie por todos los asistentes. Cimino comentaba:

Yo nunca había perdido la fe en ella. Sabía perfectamente lo que había hecho, dijeran lo que dijeran.

Más que fe, la ciencia cierta, la intuición del artista, cuando sabe que ha creado una obra importante. El tiempo, al fin, le dio la razón a Michael Cimino.

Fuentes: El País, El Mundo