Nace Nocturna, el féstival de cine fantástico de Madrid

Pocas veces tenemos el privelegio de asistir al nacimiento de una criatura tan hermosa como este Nocturna, Festival de Cine Fantástico de Madrid. Tras el enorme hueco que dejó en su día la desaparición del mítico Imagfic, el fenómeno fan en Madrid se encontraba huérfano de un evento ligado al cine fantástico en la capital de España, a pesar de los esfuerzos (muy meritorios) de Universal y su muestra SyFy. Por suerte, pasaban por allí Luis Rosales, José Luis Alemán y Sergio Molina prestos a hacerse cargo de tamaño desafío, y a decir de lo que hemos podido ver en el primer día, el parto ha sido doloroso (con algún que otro evento inesperado) pero realmente fructífero.

Fructífero porque no se esperaba de Nocturna, y menos en su primera edición lo que es, de manterse la tónica, una extraordinaria selección, que se ha visto empañada, en el día de su debut por un problema en la proyección de Meteletsa, uno de los títulos estrella que además entraba en competición que se proyectará el segundo día en jornada de madrugada.

Comenzaba el día con las tradicionales ruedas de prensa, acierto de la organización al separarlas cláramente de las proyecciones, y precisamente era el director de la fallida Meteletsa, Nikolai Pigarev, el que abrió el fuego protagonizando una amena rueda de prensa donde desveló gran parte de los detalles del rodaje. Doble mérito el de este título, el primero del que tenemos constancia de subgenero zombie que se produce en Rusia y que se ha visto amenazado no sólo por las habituales dificultades financieras que atenazan a las producciones del cine de género, sino también por los problemas que, según el director, imprimen las distribuidoras en su pais que, a buen seguro, será buena muestra del renacer del cine fantástico ruso.

El primer título a competición, Home Sweet Home, de David Morlet no llegó a colmar las espectativas de los primeros asistentes que se dieron cita en la que, según comentarios generales del público, tardaba en plasmarse en algo tangible a pesar de una magnífica factura técnica, especialmente de su sonido. Home Sweet Home no deja de ser una película de secuestros con pocas sorpresas pero que no llega a la categoría de cinta fallida, aunque por poco.

Sin embargo, se pudo enjugar el mal sabor de boca con una de las películas más bellas que hemos podido presenciar este año, Easton's Article de Tim Connery, en la que un informático rescata de internet su propio obituario fechado en el futuro. Un drama donde se mezclan consideraciones sobre el destino, los fantasmas del pasado y las segundas oportunidades, una película que debería de obtener más eco en los medios, pero que probablemente se quede en una más que discreta distribución por su pobre presupuesto.

Pobre presupuesto que comparte con la desasosegante Toad Road, de Jason Banker, un descenso a la locura de la mano del LSD que mezcla elementos de thriller sobrenatural y leyendas urbanas con una metafórica plasmación del nihilismo de la generación X americana. En Toad Road nos encontramos, de igual manera, una excepcional muestra del Do It Yourself de la Costa Este americana que está dando magníficos frutos, como la formidable actuación del protagonista de esta película, James Davidson. No en vano, recibió el premio del jurado a la mejor actuación en el festival Fant Asia.

El plato fuerte del día no era otro que el preestreno en España de Silent Hill Revelation, Segunda Parte de la inquietante Silent Hill de 2006 y que sirvió de pretesto para que su productor, Samuel Hadida, recibiera el primer premio honorífico del festival. El productor de origen marroquí, responsable de la franquicia Resident Evil y de títulos como El Perfume, presentó el último título que, esta vez en formato 3D suponía un desbordamiento de efectos visuales que llegaban a saturar por momentos la retina del espectador. Sin embargo, no sería de justicia reconocer que la influencia del videojuego es superior en esta segunda entrega que en la primera, algo que no basta para que el director, Michel J Basset, responsable de títulos tan afamados com Solomon Kane y sobre todo la magnífica Deathwatch, se quede un peldaño por debajo de la revolucionaria primera parte.

En resumen, un magnífico primer día, para una magnífica primera edición.