Existen algunos recursos cinematográficos que, aunque sean aparentemente repetitivos, tienen tal cantidad de variantes que se les puede utilizar sin problemas, y sin llegar a agotarlos. El hijo que trata de comprender a su padre es uno de ellos, pues además de que mucha gente se identifica con ello, las posibles variantes son enormes. Y si consideramos la experiencia del director Alexander Payne para explorar las relaciones humanas, las posibilidades son prometedoras.
Esta cinta es un clarísimo road movie, en donde el hijo acompaña a su padre a cobrar un premio que le resolverá muchos problemas, pero que aún con ello, él no nota que esté alegre, y tratará de descubrir que pasa. La cinta es realmente prometedora, y no cabe duda de que merece que le dediquemos algo de atención. A pesar de la poca promoción, pinta como uno de los lanzamientos más interesantes para este otoño.