Nicholas Hoult será J. D. Salinger

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¿Quién no conoce el libro "El Guardián entre el Centeno" ("The Catcher in the Rye")? Seguro que la mayoría de las personas que alguna vez leyeron este libro, entre las que me incluyo, pensaron que sería una muy buena idea hacer una película basada en él y en la vida de su protagonista, Holden Caulfield. Sin embargo, con el paso de los años, y a pesar de los rumores, ese proyecto nunca se realizó. ¡Hasta ahora!

Recientemente hemos sabido que está en marcha una película sobre la vida del escritor de este magnífico libro, J. D. Salinger. Película que se centrará en la creación del propio libro, considerado ya un clásico de la literatura, publicado en 1951 convirtiéndose inmediatamente en polémica fuente de controversias debido a su uso del lenguaje directo, con tacos y sin tapujos, así como por el retrato de su protagonista adolescente.

La película, que estará dirigida por Danny Strong y protagonizada por Nicholas Hoult, tomará como base la biografía de Kenneth Slawenski titulada "J. D. Salinger: A Life". Pero, ¿de qué trata esta biografía?

J. D. Salinger: A Life

De sobra es conocido el extraño caso de J. D. Salinger, quien, tras publicar en 1951 El guardián entre el centeno, pasó el resto de su vida ocultándose de los medio de comunicación y eludiendo el fervor de los admiradores. En esta biografía, Kenneth Slawenski desmenuza las claves vitales y literarias del enigmático novelista: las vivencias de sus años juveniles en colleges elitistas; su experiencia como combatiente en la Segunda Guerra Mundial, o la evolución espiritual que lo condujo a abrazar el budismo zen y abrió un abismo entre sus anhelos de retiro y meditación y la presión de los medios. Slawenski analiza y expone las conflictivas relaciones del escritor con los editores, su difícil vida familiar y sentimental, sus períodos de silencio y escritura secreta, así como sus querellas contra el mundo editorial y gigantes mediáticos con objeto de defender su obra frente a manipulaciones.

Este relato veraz y libre de sentimentalismos de la vida de Salinger constituye un apasionante recorrido por los entresijos de su obra narrativa, y se alza como homenaje póstumo a la ambición y confianza en sí mismo que guiaron al escritor a lo largo de su vida. Como afirma Slawenski tras el fallecimiento de Salinger, "en vano busqué un sentimiento que estuviera a la altura del hombre. No un epitafio. El propio Salinger no creía en la muerte, y yo lo sabía. Lo que necesitaba ofrecerle era un homenaje, una llamada a la gratitud y no a la tristeza. Un homenaje no a la memoria de J. D. Salinger sino a la esencia de J. D. Salinger".

El Guardián entre el Centeno

Conozcan a Holden Caulfield. Tiene mucha actitud, suelta muchas blasfemias que perdieron actualidad, y desea contarnos "las cosas locas" que le pasaron "cerca de la Navidad pasada". Su historia empieza un sábado de diciembre en la Preparatoria de Pencey en Pensilvania, donde lo acaban de poner en la calle (léase: expulsar) porque ha reprobado todas sus materias, excepto inglés. Resulta que ser expulsado es un tema recurrente en el pasado de Holden.

En el dormitorio, Holden pasa el rato con Robert Ackley, un muchacho fastidioso con acné. Conocemos el gorro de cazar rojo característico de Holden y a su compañero de cuarto Stradlater, un "bastardo sexy", quien está preparándose para una cita con Jane Gallagher, una vieja amiga (y algo más) de Holden. A Holden no le gusta esta cita inminente, pero, de todos modos, accede a escribir un ensayo de inglés para el "imbécil" de Stradlater.

Escribe sobre su hermano menor, Allie, que murió de leucemia hace tres años. Más específicamente, el ensayo se trata del guante de béisbol zurdo de Allie, en el cual estaban escritos varios poemas en tinta verde (para que Allie tuviera algo que leer mientras estaba en el campo). Holden revela que la noche en que Allie murió rompió todas las ventanas del garaje con la mano, de modo que aún no puede cerrar bien el puño.

Stradlater regresa y Holden intenta enterarse si sucedió "algo" con Jane (en el sentido sexual de "algo"). Stradlater da respuestas evasivas, Holden lo golpea y la pelea termina mal (a Holden le sangra la nariz). Intenta hablar con Ackley para pasar el tiempo, pero se harta de todo y decide abandonar Pencey en ese mismo momento. Sin embargo, Holden tiene que pasar primero unos días en Nueva York antes de volver a casa (de lo contrario, sus padres se enterarán de su expulsión).

En Nueva York, consigue una habitación con mucho estilo y luego trata de tener suerte. Y fracasa. Sin mencionar que no puede comprar alcohol porque es menor de edad. En cambio, recuerda a Jane. De una manera muy inocente: golf, juego de damas, películas, manos entrelazadas, nada sexual.

Luego se dirige a "Ernie's", donde sabe que puede beber, pero tiene que irse para evitar a una vieja y molesta conocida. De vuelta en el hotel, termina estando con una prostituta, Sunny, en su habitación. Él está más interesado en hablar que en sexo y Sunny, quien es bastante joven también, se confunde y sale de la habitación con un poco de dinero de Holden pero sin sexo. Regresa más tarde con su proxeneta para obtener más dinero y Holden termina con un puñetazo en la barriga.

Holden sale del hotel al día siguiente, tiene una cita con una vieja amiga llamada Sally Hayes y conoce a dos monjas mientras está desayunando. Después de salir, compra un disco para su hermanita Phoebe y oye que un niño canta "if a body catch a body coming through the rye" ["si dos personas se encuentran viniendo por el centeno"]. Luego hablaremos sobre esto.

Holden va al parque para pasar el rato antes de su cita con Sally. Charla con una niña en el parque y tiene pensamientos profundos sobre la niñez antes de encontrarse con Sally. Comparte su fantasía de fugarse, vivir en una cabaña y hacer las actividades propias de la vida en el bosque por el resto de su vida. Cuando, como era de esperar, Sally demuestra que no le interesa esto, Holden se vuelve loco.

Solo otra vez por la tarde, Holden llama a un viejo amigo de la escuela, Carl Luce, con quien arregla encontrarse para tomar algo. En el bar, Carl tiene una actitud fastidiosa de "Yo soy taaan maduro", así que la noche acaba temprano. Bueno, acaba temprano para Carl. Holden se queda en el bar solo y toma hasta perder el conocimiento. Tras intentar hacer una cita con la muchacha del guardarropa, Holden va al parque para buscar los patos (le gustan mucho los patos). No ve ningún pato y va a casa para ver a su hermana Phoebe, quien es, según lo que leemos, la mejor niña del mundo.

Parece que sí es la mejor niña del mundo. Hablan sobre cuán deprimido está Holden y él dice que lo único que quiere hacer en su vida es ser el "receptor en el centeno": si hubiera unos niños jugando en un campo de centeno cerca de un precipicio, él los sostendría antes de que se cayeran. Phoebe le informa que la "canción" sobre el "guardián en el centeno" que oyó es, de hecho, un poema de Robert Burns y se trata de personas que se "encuentran" y no que se "sostienen".

El próximo en la lista de visitas de Holden es el Sr. Antolini, un viejo maestro. Esta visita termina mal cuando el Sr. Antolini tal vez intenta seducirlo. Holden sale corriendo y pasa la noche muy deprimido en la estación de trenes. Después, Holden decide escapar. Le cuenta por carta a Phoebe y ella decide que quiere ir con él también. "De ninguna manera", dice Holden. Phobe se enoja y dice: "Está bien. No te hablo más".

Por suerte, estar enojado con alguien no significa no poder ir al zoológico con esa persona, lo cual ella hace. Acaban en el carrusel, donde Holden le promete que no va a escaparse. Mirándola girar en el carrusel afirma que es feliz. ¡Qué bien! ¡Es la primera vez que lo dice!

Por fin, salimos de la narración y volvemos al Holden de un año más tarde, la persona que está contando este relato. Evidentemente, está en terapia porque se "enfermó" de alguna forma. Dice que va a volver a la escuela en septiembre, pero no está seguro si todo será diferente –es decir, mejor– esta vez. Concluye diciendo que se arrepiente de haber contado esta historia porque contarla le ha hecho echar de menos a toda la gente que conoció.