La nueva ley de clasificación cinematográfica china, que parecía tener un excelente recibimiento, fue detenida por los miembros del Partido, estando ya prácticamente lista para ser aprobada. Actualmente, China sólo tiene dos clasificaciones: o es apta para todo público o no lo es, en cuyo segundo caso se cortan escenas completas, o simplemente se prohibe. La clasificación original, de 16 categorías, fue reducida a 6, y parecía ser la opción para poder abrir a este país a la cinematografía mundial, pero al parecer, existe temor en el Partido, pues este sistema clasificatorio les robaría posibilidades de rechazar cintas que se consideraran políticamente peligrosas.