El filósofor Heráclito dijo alguna vez que un hombre no puede bañarse dos veces en el mismo río, pues el agua que corre en ese momento no es la misma en la que te sumergiste la primera vez, lo cierto es que es imposible ver la misma película dos veces, pues en cada ocasión, la lectura, y las impresiones que nos causen, serán completamente diferentes.
De entrada, el hecho de saber o no la trama, predispone la manera en que la ves, pues puedes poner más atención a las acciones de un personaje del cual, en principio, no sabías su importancia, o esperarás ciertas acciones que de principio eran impredecibles. O posiblemente pondrás más atención a otros momentos que te tomaron por sorpresa.
Cuando hay más tiempo entre las diversas visiones, el verlo con una experiencia diferente marcará también la misma. Usualmente, las cintas que de pequeños nos emocionaron causarán quizá nostalgia o decepción, pues ciertos efectos que eran espectaculares hace 10 años ahora nos parecerán ridículos. Pero por otro lado, la trama será mucho más entendible, cuando tu visión no es sólo de "El malo le pegó al bueno".
Incluso, cuestiones como tu estado de ánimo pueden influir en tu experiencia cinematográfica. Escenas que en su momento no te llamaron la atención, pueden provocarte reacciones desde la furia a la risa, incluso si el contexto no es tal. O es posible también que alguna nueva experiencia, haga que te identifiques con personajes que quizá antes de eran indiferentes o desagradables.
¿Qué tanto ha cambiado tu percepción de una cinta de una ocasión a otra? Coméntanos un poco.