Una mañana despierto y me miro en el espejo y me pregunte ¿qué sería? o ¿cómo sería ser viejo? Y no me daba cuenta que no me tenia que mirar yo en un espejo, bastaba con voltear el rostro y ver a mi padre o mi abuelo. Más bien la pregunta es ¿Cómo quiero terminar mi vejez?. No quiero dormir sola es una dura reflexión sobre el otoño de la vida, cuando las hojas que antes eran verdes ahora son pálidas y se caen, el árbol que era fuerte, ahora su tronco esta viejo y débil.
La opera prima de Natalya Beristain, hija del actor Arturo Beristain y Julieta Egurrola, es una joya del cine, y no me referiré a ella como cine mexicano porque está mucho más alla de eso, esta obra es algo único que disfrutas de principio a fin.
La fotografía es muy luminosa en escenas y en otras tiene que ir conforme al sentimiento de la escena, plagada de conflictos que nos resultan familiares entre integrantes de nuestro núcleo en casa, la historia es una corrida de sentimiento en retrospectiva de cada una de la vida de nosotros observándonos en los ojos de los humanos que van más adelante que nosotros en este camino que llamamos "vida", eso seres que con una mirada nos dicen todo cuando preguntamos por un consejo, porque ellos ya conocen esa autopista que nosotros ahora recorremos, pero siempre erramos el camino, de eso va este filme.
Amanda es una joven como muchos de nosotros que está atravesando una crisis de la edad joven adulta, junto con las complicaciones que incluye, una fase donde ninguna relación cuaja, donde estas por tu cuenta y solo en el camino. Ella no puede dormir sola sin un hombre del lado en su cama, pero tampoco puede vivir con uno durante el día. En esta crisis se da cuenta que tiene que hacerse cargo de su abuela Lola, actriz mexicana retirada que sufre de alcoholismo y Alzheimer, es cuando se percata y se ve dentro de los ojos de esta veterana de la vida donde ella aprecia lo que tiene, dándose cuenta también que las cosas que pasan es por algo, buenas o malas, todas, absolutamente todas las tenemos que vivir.
Un guión perfectamente escrito, una dirección justa para un proyecto como este, actuaciones naturales por parte de Mariana Gajá, pero clases de como interpretar un papel corren por cuenta de Adriana Roel como Lola. Proyecto ganador del Festival de cine de Morelia conquisto por lo menos mi corazón, capturó lo esencial de la vida y lo puso en un proyector de cine.
Actualmente la película la pueden encontrar en la Cineteca Nacional, o por tiempo limitado en Klick de Cinépolis.