No Tengas Miedo de la Oscuridad; ten miedo de los tópicos

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¿Quién le teme a la obscuridad? Producida por Guillermo del Toro

En los últimos años, hemos podido ver a la entrañable Caperucita inmersa en una historia de licantropía, a Pulgarcito salvando a sus hermanos de una familia de caníbales, e incluso, hemos visto como el mágico Santa Claus es revisitado como una criatura demoníaca, por no olvidar de las adaptaciones que están por venir del cuento de Blancanieves... todo siguiendo la estela de la poco valorada The Brothers Grimm (2005) de Terry Gilliam.

Faltaba una vuelta de tuerca por dar, y esta ha llegado en forma de revisión del mito del Ratón Pérez. Si; ya saben, ese personaje rodeado de misticismo que reemplaza un diente de leche por un regalo, habitualmente una moneda, cuando se lo dejamos debajo de la almohada. Este es el tema de "No Tengas Miedo de la Oscuridad" del novel Troy Nixey, que se inspira en el relato corto "Las ratas en las paredes" de H.P. Lovecraft y que ahonda en lo que es una evolución de las "Fairies Movies", derribando mitos románticos, y cuentos de final feliz, para presentarnos historias terroríficas.

El problema se vislumbraba en el primer párrafo, y este
es el caso. Lo novedoso, aunque resulte obvio decirlo, deja de serlo cuando empezamos a caer en la rutina y dejamos de sorprendernos. Y ese es el caso, que en el momento en que una temática se vuelve monótona, el espectador empieza a detectar elementos que en otras circunstancias pasarían desapercibidas, pero que se agigantan, depauperando la calidad del metraje, y minimizando con su sombra elementos que en otras circunstancias podríamos considerar brillantes.

 

Así, sabremos reconocer cosas que por desgracia, ya son típicos. El padre responsable demasiado ocupado, la niña que se siente sola, y el elemento mágico. Este argumento, que lo mismo podría servir para describir The Other Daughter (2009) de Luiso Berdejo, como la película que nos ocupa, sirve de marco en torno al cual se desarrolla una película de terror con reminiscencias al cine de serie B de los años 80 como las obvias referencia a The Gate de Tibor Takacs (1986) en con quien comparte el concepto de portal subterráneo, Gremlins de Joe Dante (1985) por razones que se vuelven obvias al poco de comenzar la película y a tantas otras películas con pequeñas criaturas demoníacas que de una forma u otra sirven de caldo de cultivo a esta malograda historia.

¡Y atención!, no hablamos de una mala película. La fotografía es digna de mención, la música está bien cuidada, y las interpretaciones son notables, pero la historia cojea, cosa que se nos hace extraña viniendo el guión firmado por el gran Guillermo del Toro, para al final convertirse en una monótona sucesión de tópicos que son acompañados de un pobre guión en forma de diálogos pobrer, intrascendentes unos, porque no aportan gran cosa a la película, y especialmente forzados otros (la escena de la biblióteca es especialmente representativa de esto último).

¿Decepción entonces? Tampoco es eso. La película resulta entretenida y nos puede dar momentos interesantes, pero pesa demasiado el agotamiento del modelo, así que nos tememos que caerá rápidamente en el pozo del olvido, sin ser ni más ni menos que un insulso capítulo en el curriculum de los que en ella han trabajado.