Notas de producción de LOS DESCENDIENTES

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LOS DESCENDIENTES, de Alexander Payne, creador de la película ganadora del Oscar® SIDEWAYS (Entre Copas), se desarrolla en Hawái y narra la impredecible travesía de una familia estadounidense que se encuentra en una encrucijada. Matt King (George Clooney), hombre casado y padre de dos niñas, debe reevaluar su pasado y navegar su futuro cuando su esposa se ve involucrada en un accidente en lancha, a las afueras de Waikiki. Intenta torpemente reparar la relación que tiene con sus hijas —Scottie (Amara Miller), una precoz niña de 10 años, y Alexandra, una joven rebelde de 17 años (Shailene Woodley) — mientras pondera la decisión de vender la tierra de su familia. Los King son dueños de una parte de las últimas e invaluables parcelas vírgenes de playa tropical de las islas, que fueron parte de un legado de la realeza hawaiana y de misionarios.
Cuando Alexandra le deja caer la noticia de que su madre estaba en medio de un amorío al momento del accidente, Matt debe de replantearse totalmente su vida, sin dejar de mencionar su legado, durante una semana de decisiones significantes. Acompañado por sus hijas, se embarca en una caótica búsqueda por el amante de su esposa. A lo largo del camino, en lo que serán encuentros divertidos, problemáticos y trascendentales, se percata que finalmente está en camino en la reconstrucción de su vida y su familia.
Fox Searchlight Pictures presenta, una producción Ad Hominem Enterprises, LOS DESCENDIENTES, dirigida por Alexander Payne, con un guión de Alexander Payne y Nat Faxon & Jim Rash, basado en la novela de Kaui Hart Hemmings. El reparto incluye a George Clooney, Shailene Woodley, Beau Bridges, Robert Forster, Judy Greer, Matthew Lillard, Nick Krause, Amara Miller, Mary Birdsong, Rob Huebel y Patricia Hastie.
El equipo creativo incluye a los productores Jim Burke, Alexander Payne y Jim Taylor, al director de fotografía Phedon Papamichael, ASC, a la diseñadora de producción Jane Ann Stewart, al editor Kevin Tent, A.C.E., a la diseñadora de vestuario Wendy Chuck, al coproductor George Parra, a la supervisora musical Dondi Bastone y al productor ejecutivo musical Richard Ford.


PROBLEMAS EN EL TRÓPICO

“Mis amigos en el continente creen que porque vivo en Hawái, vivo en el paraíso.
Como una vacación permanente, en la que todos estamos bebiendo Mai Tais,
meneando nuestras caderas y sorteando olas. ¿Están locos?”.
-- Matt King

Matt King, interpretado por George Clooney, se une a los personajes de las previas películas de Alexander Payne, como un individuo imperfecto que está en busca del sentido, a través de un mundo paranoico, de emociones agridulces y de sorpresas; no es héroe, ni antihéroe. Al igual que el profesor envidioso interpretado por Matthew Broderick en ELECTION, al jubilado pesimista que le dio vida Jack Nicholson en ABOUT SCHMIDT, y al confundido turista amante del vino interpretado por Paul Giamatti en SIDEWAYS, King no es el hombre que le gustaría ser. Sus revoltosas hijas no confían en él, su esposa, en peligro después de su accidente, lo ha estado engañando y sus primos en bancarrota lo ven a él y al fideicomiso que controla como su alcancía.
Por si fuera poco, está rodeado de un paisaje frondoso, fértil, asombroso e inspirador que desafía su tormento interno. No obstante, todo esto provoca en Matt un despertar turbulento que podría ser incómodo, cómico, y, en ocasiones, absurdo, pero que, sin embargo, termina por cambiar su concepto de amor, paternidad y lo que en realidad se necesita para ser todo un hombre.
A Alexander Payne siempre le han interesado estas situaciones particulares de la vida diaria, que pueden ser experimentadas como cómicas, devastadoras y reveladoras, todas al mismo tiempo. Cuando leyó la aclamada primera novela de Kaui Hart Hemmings, The Descendants, se sintió atraído de inmediato por sus agudos contrastes. Aquí tenía el retrato de un hombre lidiando con algunas de las peores noticias, con personas muy difíciles y con las decisiones más improbables de su vida.
“La novela me atrajo porque es una historia emotiva, que se desarrolla en un lugar exótico”, comenta Payne. “Es una historia que quizás podría ser contada en cualquier parte, pero lo que me llamó la atención del libro fue esa locación completamente única, entre las hacendadas clases altas de Hawái. Es muy específico para este lugar, pero también es universal”.
“Desde un punto de vista de realización, me pareció muy interesante porque nunca he visto un Honolulu cinematográfico. Vemos a Nueva York, Chicago, Los Ángeles, Miami y Seattle, pero esta es una región que nunca vemos en el cine. En Hawái existe toda una estructura social de vida y eso me intrigó. Me encantan las películas con un sentido de espacio específico. Comencé a hacer películas en Omaha, después fui a Santa Bárbara y ahora he acabado en Hawái”.
Hemmings fue capaz de entrelazar la cultura hawaiana a la historia de un hombre desconcertado, que se tambalea hacia la redención, porque ella misma creció en una familia hawaiana poco convencional, al ser hijastra del afamado campeón de surf y político local Fred Hemmings, Jr. Cuando empezó a escribir cuentos, comenzó a entrelazar temas de familia, tierra, historia y herencia. The Descendants partió de un cuento (publicado como “The Minor Wars”), que Hemmings comenzó a escribir desde el punto de vista de la hija más joven, Scottie, pero decidió dar un osado giro para una escritora joven: contarlo desde la perspectiva de Matt King, un hombre de mediana edad.
El riesgo lo cambió todo. La historia, y después la novela, ya no sólo eran acerca de un clan de feroces individualistas haciendo lo que les correspondía, sino acerca de un padre que aprendía a no perder a su familia.
“Tan pronto y cambié al punto de vista de Matt, la historia encontró su ritmo”, recuerda Hemmings. “Había tantos riesgos para él”.
Esos riesgos le dieron al título de la novela un doble significado, ya que, por un lado, hacía referencia al humoroso declive de King, pero, por otro, también a su descubrimiento de lo que significa realmente ser un descendiente hawaiano y de lo que sus propios descendientes significan para él. Hemmings creó a Matt para reflejar un subgrupo distinto a la población hawaiana, una generación que traza sus orígenes a los matrimonios mixtos entre misioneros y terratenientes de raza blanca con la realeza nativa hawaiana y su riqueza, y a las indulgencias del sistema colonial de plantación hawaiana. Como lo explica Matt, su tatarabuela fue la princesa Margaret Ke’alohilani, una de las últimas descendientes directas de King Kam ehameha, quien se enamoró de un banquero haole (palabra hawaiana para definir al blanco o extranjero), Edward King, lo que nos lleva a la actual vida de Matt, como un abogado de Honolulu con raíces profundas y complicadas en las islas. Al igual que muchos hawaianos, es un hapa-haole, o mitad-blanco, que nunca ha llegado a aceptar cabalmente su identidad cultural.
Esto le dio a la novela de Hemmings otro matiz, porque debajo de las preocupaciones de Matt, no solamente de lo que su esposa ha estado haciendo a sus espaldas o cómo va a criar a sus hijas, está la situación de cómo su vida podría ser vista por sus ancestros hawaianos, o por sus propios descendientes. El libro, publicado en el 2009, fue un éxito instantáneo entre la crítica, como la del New Yorker que elogiaba la manera en como “Hemmings canaliza la voz de su perplejo héroe de mediana edad con virtuosismo, una vez que se tambalea entre lo áspero y lo sentimental, burlándose incluso de sí mismo, mientras intenta alcanzar la redención”.
Cuando Hemmings se enteró que Alexander Payne estaba interesado en adaptar su libro, apenas y podía creer la noticia. “Prácticamente me morí”, dice entre risas. “Digo, es mi director favorito; me encanta el tipo de películas que hace”.
Después de haber discutido la adaptación del libro de Kaui Hemmings con múltiples guionistas, los productores en Ad Hominem eligieron al equipo de escritores conformado por Nat Faxon y Jim Rash. Actores maravillosos que continúan siendo parte integral del Teatro Groundling, Faxon y Rash habían escrito un guión sumamente alabado, THE WAY BACK, que evidenciaba una habilidad por manejar tonos de humor y drama cambiantes, que era justo lo que iba a necesitar THE DESCENDANTS.
Todo aquel que leyó su elegante adaptación la admiró. Pero cuando Payne decidió dirigir la película, llegó a la conclusión de que la mejor manera para que él forjara un vínculo personal con el material, era adaptar el guión él mismo.
Bajo su voz, Payne centró la atención del guión en dos viajes que terminan por unirse: el viaje que la familia King emprende a Kauai en busca del amante de Elizabeth King; y la peregrinación de diversos amigos y familiares para estar al lado de Elizabeth, quien se convierte, en su silencio comatoso, en una especie de gran confesora, haciendo que los demás revelen secretos y emociones reprimidas que, de otra manera, no hubieran podido ver la luz del día.
“Una de las múltiples cosas que aprendimos en Hawái es que la gente conoce su genealogía, como en ningún otro lugar”, explica el productor Jim Burke. “Todo mundo sabe cuándo su familia llegó por primera vez a la isla, y algunos se remontan a seis o siete generaciones, por lo que tienen un profundo vínculo con este lugar. Nos enteramos de todo esto después de habernos reunido con descendientes auténticos, que han heredado tierras, en gran medida como Matt”.
Hemmings quedó impresionada con la adaptación. “No me preocupaba que Alexander cambiara esto o aquello, porque realmente entendió el tono del libro y eso era lo único que me importaba. Comprendió que es simultáneamente triste y divertido. También me encantó que se tomó el tiempo para realmente conocer Hawái”.
Desde el principio, Payne y el equipo de producción sintieron que era esencial apartarse lo más lejos posible de los caminos turísticos ya conocidos, para conocer en realidad el auténtico Hawái, que sólo los residentes llegan a ver. Una vez que lo hicieron, desarrollaron un entendimiento más matizado de lo que el término “descendientes” significa, en una isla donde los ancestros siempre han sido un vínculo importante en la cadena de la historia viviente. Esto ayudó a que Matt King se percatara que sus sentimientos se han desvinculado con la tierra que le pertenece —y con su pasado y su futuro.
Payne también recayó en Hemmings para que sirviera como una guía intuitiva de la fascinante mezcla entre las culturas americana y hawaiana que imbuye vida en la isla; desde sus políticas a sus tradiciones y relaciones. “Cuando vinimos a las islas a empezar a rodar la película, Hemmings se convirtió en un gran parte de ella, porque ésta es su tierra. Conoce a esta gente. Fue capaz de hacernos ver la realidad, y, al mismo tiempo, Alexander fue capaz de hacerle saber todas sus ideas a Kaui para asegurarse que fueran acorde a todos los personajes”, continúa Burke. “Queríamos proteger su historia porque creíamos en ella”.
“La voz de Alexander es absolutamente única”, indica Burke, quien se reúne con el productor Jim Taylor para su quinta colaboración con Payne. “No necesitas que te digan que estás viendo una película de Alexander Payne. Y, no obstante, cada una de sus películas es también muy diferente. Me parece que LOS DESCENDIENTES es lo más distinto a su trabajo previo. Es una gran historia con grandes personajes, pero creo que lo que la diferencia es que está muy abierta a la interpretación: ninguno de los personajes está totalmente bien y ninguno de los personajes está totalmente mal. No es una película que todo mundo verá de la misma manera. Es una película que le permite al espectador participar y conectarse a su modo”.