Nueva Luz en el Viejo Sable: Star Wars Episodio VII: El Despertar de la Fuerza

| |

Star Wars es una historia ya contada. Sus raíces narrativas vienen de tradiciones griegas y bíblicas, siguiendo incluso Él Héroe de las Mil Caras de Joseph Campbell. Pero en un aspecto superficial, su historia reside en 6 películas, sin contar la notable cantidad de cómics, series de televisión, novelas y videojuegos que la expanden. Y ahora, son 7. 7 películas, 7 episodios. ¿Qué trae de nuevo J.J. Abrams a la franquicia, siendo el primero en ofrecer resultados tras la histórica compra de Disney a la creación más popular de George Lucas? La galaxia terrestre ha cambiado desde el estreno de Episodio III ¿La fuerza debe cambiar en ojos de la actualidad?

Algunas cosas no cambian, especialmente si funcionan, y la premisa de VII sigue este principio: una vez más, la galaxia está en problemas. Luke Skywalker, responsable de haber traído la paz en Episodio VI, ha desaparecido. Mientras tanto, el Lado Oscuro comienza a ganar poder, esta vez bajo el nombre de la Primera Orden, organización comandada por Kylo Ren (Adam Driver), quien, - en apariencia estética - podría ser heredero de Darth Vader. El personaje detrás de la máscara será nuevo, pero el contexto a su alrededor no tanto, una decisión potencialmente respetuosa a la imagen que muchas generaciones ya tienen de Star Wars.

Por otro lado, ello no implica que Abrams, Lawrence Kasdan y Michael Arndt no tomen riesgos: la cinta inicia con el piloto Poe Dameron (Oscar Isaac) intentando escapar una invasión de la Primera Orden junto a su droide, BB-8. En el otro lado del campo, un stormtrooper corre aterrado por el impacto de la batalla. Más adelante, arrepentido de sus acciones, decide revelarse contra sus superiores liberando a Poe, lo cual desencadena la primera secuencia de vuelo espacial en la cinta, y la aparición de Finn (John Boyega), primer co-protagonista de la cinta.

Con Rey y Finn, Episodio 7 introduce nuevos personajes al universo de Star Wars
Con Rey y Finn, Episodio 7 introduce interesantes personajes al universo de Star Wars...

Mientras tanto, en el desierto, Rey (Daisy Ridley) lucha por sobrevivir antes de encontrase con BB-8, quien lleva un importante secreto de su amo. Es sólo cuestión de tiempo para que Finn, tras un aterrizaje drástico, se encuentre con Rey, iniciando así la historia de ambos en el universo galáctico. Aún cuando la cinta re-introduce a todos los personajes de antaño - Harrison Ford regresa como Han Solo, Carrie Fisher como la Princesa Leila, y Chewbacca, R2-D2 y C-3PO tienen presencia en pantalla - esta nueva historia es realmente sobre Rey y Finn, los potenciales encargados de llevar a la franquicia tras el paso de Mark HamillEwan McGregorNatalie Portman y Hayden Christensen, entre otros. Pero no sólo sustituyen a una generación actoral, también representan a los cambios fuera de la galaxia, en el aburrido mundo real.

Por primera vez en su serie fílmica, Star Wars tiene a una mujer como protagonista, y la presencia africana también se expande con Finn. La historia de la evolución social se puede contar a veces en el cine, y si la enorme popularidad de Star Wars puede invitar semejante cambio, la industria podría continuar adoptándolo. Más aún, ambos personajes no sólo son relevantes por el sector social que representan, también rompen clichés de épocas pasadas: Esto queda muy claro en Rey - debatiblemente, el personaje más intrigante en la cinta -, quien rehusa a apoyarse en Finn durante momentos de peligro. Ser mujer no le quita la independencia, un hecho tan refrescante en la estructura ficticia, como en la realidad.

Sin olvidarse del reparto original
...Sin olvidarse del reparto original

Por otro lado, Finn es una modernización del espíritu cómico que rodeaba a las primeras tres cintas (completamente alejado del melodrama en Episodio II y Episodio III), y una representación de la audiencia: Grita emocionado tras una victoria en combate, pero sucumbe a los nervios si algo no sale bien. Su relación con Chewbacca tampoco es favorable. Su diálogo con Rey podría resultar cliché, pero las interpretaciones genuinamente emocionales de Ridley y Boyega entierran cualquier sospecha. Lo mismo puede decirse de Kylo Ren, incluso ahí, en el Lado Oscuro, en el espacio más trágico de la franquicia, Abrams permite la burla. Kylo Ren y Driver podrían sentirse como una evolución de Christensen (y la telenovela que fue Episodio II), pero en lugar de convencer a la audiencia de su terrible sufrimiento, golpea su flamante sable de luz contra la pared, cual niño berrinchudo, cuando algo no sale bien. Es verosímil, y sobre todo, es divertido.

Hace 16 años, Episodio I: La Amenaza Fantasma pudo presentar la tesis de que resucitar a una franquicia equivale a su radical y absoluta revolución. Con VII, Abrams se ve como un progresista: Si, hay cosas que deben cambiar, pero en detalles y por fragmentos. Quizás ello es una expresión de la ansiedad en Disney por no arruinar su última inversión, y si es el caso, aquella tensión no se nota en la cinta final. VII mantiene aquello que definió a Episodio IV (o I, dependiendo de la época) con vida y lealtad, al mismo tiempo dejando interesantes preguntas para el futuro. Es un Star Wars para todas generaciones, conservador de la nostalgia, y sin miedo al cambio. Independientemente del camino hacia el resultado, la fuerza está con Abrams. Sólo queda ver si consigue sobrevivir, al menos, por los siguientes 10 años.

Manuel Cruz

@cruzderivas