Odio las pasas – la cultura pop detrás de nuestros gustos

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Que tanto se puede decir de las cosas que nos gustan o no nos gustan, hasta qué punto es una preferencia desarrollada y no adquirida por repetición o influencia, en qué momento es un gusto personal y cuando es una tendencia.

Es acaso un plan bien entramado por los mercadologos del mundo que nos dicen que nos gusta y que no, que celular está de moda, cual es el estilo y la tendencia en el vestir, será acaso que lo que vemos en la pantalla es un reflejo de la vida o simplemente es una herramienta muy compleja de condicionamiento social.

Al igual que la banda “De luxo”, las estrellas que vemos hoy en la televisión nos transmiten mensaje muy específicos para adoptar ciertas filosofías o posturas; pero todo esto de un plan muy intricando me resulta muy increíble, supongo que una forma simple de ver las cosas, es que solo son un reflejo de lo que nosotros pensamos, ¿oh será que es todo lo contrario?, me niego a creer que todo esto sea un complot extraño que es tejido por el cuarto poder, me niego a creerlo rotundamente, claro, hasta que lo vea un documental de Michael Moore bien documentado sobre todo el tema.

Acaso será que tiene razón Frederic Martel con el extenso análisis e investigación plasmado en su más reciente libro “Cultura Mainstream” en el que devela los secretos tras el éxito de Disney o Shakira, como desmenuza la cultura en un simple proceso mercadológico, lanzando una inquietante conclusión que ocasiona un debate polémico sobre los contenidos y una impune lucha sucia para vendernos algo.

Realmente la cultura pop esta atrás de un plan maestro, realmente el cine, la televisión, las revistas, los libros, el entretenimiento en general están tras un plan malévolo con tintes económicos o simplemente la cultura pop es un retrato de las distorsiones a las cuales hemos llegado.

¿Qué es la cultura pop? Sería la primera parte del análisis, y segundo realmente somos tan influenciables, realmente puede influir en la vida cotidiana los oníricos modelos de vida que vemos diariamente en la televisión. Me parece un análisis bastante interesante preguntarnos en qué punto somos nosotros y cuando empiezan los “complots”, cuando decidimos adoptar como nuestros las patologías y hobbies de nuestros personajes favoritos. Tal vez ahora que veo todo desde un punto de vista más analítico me parece ridículo pensar que la cultura pop, la televisión, el cine, el radio o la prensa puedan estar detrás, en un sentido parcial de mi comportamiento; en serio, me parece risorio pensar que la tele me dice que pensar, hacer o sentir, ese sería el argumento que todo adulto “funcional” pueda repetirse, pero bajo un análisis más simple tengo que admitir que existe cierta influencia, a veces condicionada otras tantas adquirida por repetición y emulación, principalmente de los comportamientos que considero “aceptables” socialmente hablando.

Tratare de desarrollar un poco más el punto, verán, encuentro adorable como el personaje de Hugh Laurie en Dr. House actúa y se comporta, lo admito abiertamente, en muchas ocasiones he emulado su comportamiento antisocial de forma premeditada, pero viendo hacía atrás y tratando de descifrar cuanto soy yo en realidad y cuanto es emulación encuentro que hay una delgada línea que los separa. En qué momento soy yo y en qué momento son las inmutables leyes de la mercadotecnia, en qué momento llego Martha Stewart a decir cómo funciona mejor el hogar, hasta qué punto la opinión imparcial de alguien es resultado de la información parcializada de un noticiario, hasta que punto mi reciente disgusto por las pasas ha sido adquirido por gusto propio o emulación o tal vez añoranza.

En donde esta o como puedo vislumbrar claramente esta línea, se supone que de lejos es clara, pero comienza a ser muy borrosa o tal vez ilusoria, es la palabra, cuando se está cerca.

En qué punto los Simpsons comenzaron a decirnos como vivir o de que reírnos, por qué tendríamos que aprender grandes lecciones de vida con una película de comedia romántica para entender más cómo funciona el amor y las relaciones humanas, hasta que punto saludable es recomendable poner en práctica los consejos de un best seller, por que las estrellas de las novelas nos tienen que decir que comer o que vestir para lucir a la moda y deseables.

Cuando empezamos a pensar en función de los videojuegos o las enseñanzas de los animes, o a considerar a Shakira o Miss Mundo como el símbolo estándar de la belleza, acaso tuvimos que esperar a que saliera la película de Jack Black de “Amor ciego” para mirar en el interior de los demás, ¿cuando dejamos de mirar el interior de las personas?, su interior espiritual e intelectual, porque tengo que vivir repitiendo las enseñanzas de vida de Forrest Gump al punto de que me den paz, hasta qué momento es cierto lo que decía su madre sobre que la vida era una caja de bombones, cuando en realidad creo que si es una caja de bombones llena de sorpresas.

Un gran amigo solía decir que odiaba a los ecologistas y ya lo he dicho y tratado de explicar cientos de veces, no creo que él sea un ecoloco moderno, más bien es un revolucionario que mira las cosas en su justa medida, claro el es un poco radical, pero esa objetividad que da a las cosas lo hace muy imparcial, juzgando a los ecologistas por su constante acto de emulación, realmente eso es lo que le molesta, cuando alguien emula algún comportamiento solo por moda y no por convicción. Creo que su radical punto resume todo mi análisis sobre la cultura pop, emular versus convicción.

Pero la cultura pop es la relevación de varias décadas, es la culminación de un proceso histórico evolutivo de nuestra extraña sociedad, de que otra manera podríamos incrementar nuestro acervo cultural si no fuera por las referencias que obtenemos de la televisión o el cine, de que otra forma hubiera conocido el poema de Frank O'Hara “tomando una coca cola contigo” de no ser por la película “El encanto de la Bestia”, la versión moderno de la Bella y la Bestia para adolecentes pretenciosas, de que otra forma se hubiera despertado mi curiosidad para conocer más en general, si no fuese por las criticas sociales que pudimos ver en su tiempo en Los Simpsons o en la polémica caricatura South Park, de que otra forma podrías conocer otras opiniones diferentes y muy diversas a las nuestras si no fuera por esta globalización mediática o como le quieran llamar.

Supongo que mi reciente aversión contra las pasas es meramente intelectual, simplemente por empatía y pura añoranza.

Como dice este poema que me pareció muy peculiar y digno de replicarse y no solo decir “Oh yo también amo el poema tomando una coca cola contigo de Frank O'Hara", sino realmente disfrutarlo.

“parece que todos hemos sido engañados por alguna experiencia maravillosa, que no se va a desperdiciar en mí, porque te lo estoy diciendo a ti”

is even more fun than going to San Sebastian, Irún, Hendaye, Biarritz, Bayonne
or being sick to my stomach on the Travesera de Gracia in Barcelona
partly because in your orange shirt you look like a better happier St. Sebastian
partly because of my love for you, partly because of your love for yoghurt
partly because of the fluoresent orange tulips around the birches
partly because of the secrecy our smiles take on before people and statuary
it is hard to believe when I’m with you that there can be anything as still
as solemn as unpleasantly definitive as statuary when right in front of it
in the warm New York 4 o’clock light we are drifting back and forth
between each other like a tree breathing through its spectacles
and the portrait show seems to have no faces in it at all, just paint
you suddenly wonder why in the world anyone ever did them
I look
at you and I would rather look at you than all the portraits in the world
except possibly for the Polish Rider occasionally and anyway it’s in the Frick
which thank heavens you haven’t gone to yet so we can go together the first time
and the fact that you move so beautifully more or less takes care of Futurism
just as at home I never think of the Nude Descending a Staircase or
at a rehearsal a single drawing of Leonardo or Michelangelo that used to wow me
and what good does all the research of the Impressionists do them
when they never got the right person to stand near the tree when the sun sank
or for that matter Marino Marini when he didn’t pick the rider as carefully
as the horse
it seems they were all cheated of some marvellous experience
which is not going to go wasted on me which is why I am telling you about it