No, de ninguna forma el título de este post se refiere a la calidad de la nueva película de Bryan Singer, quien tras las malas críticas recibidas por Superman Returns, por fin asoma la cabeza con esta propuesta que mezcla los hechos históricos con una buena dosis de acción y suspenso.
Me resultó interesante la forma en que Singer logra mantener este suspenso a lo largo de la película, sobre todo porque en algunas partes de la misma, ilusos llegamos a creer que en verdad los miembros que ponen en marcha la Operación Valquiria (que busca asesinar a Hitler para negociar con los Aliados y poner fin a la Segunda Guerra Mundial) tienen posibilidades de triunfo, cuando de entrada sabemos que Singer y compañía nos están narrando la historia de un fracaso.
Aquí lo distinto, lo que se agradece, es que despúes de años y años de lacrimógenas películas sobre nazis y judíos (con pianistas, papás que la hacen de payasos y niños con pijamas como protagonistas) estamos ante una película en que las víctimas del exterminio no aparecen a cuadro durante toda la película y en la cual los alemanes tienen la oportunidad de ser, tal cual, los buenos de la película (al menos algunos de ellos). No nos encontramos con los alemanes crueles de Schindler's List o con los militares tiesos de la tercera entrega de Indiana Jones. La idea del alemán como monstruo se disuelve.
El hecho de tomar al enemigo cinematográfico por excelencia y mostrar que no se trataba de un ejército de autómatas es algo que por lo menos refresca, al mostrar a la audiencia el hecho de que incluso en la Alemania de Hitler había muchos que no compartían sus disparatadas ideas. Singer, con la ayuda del guionista Christopher McQuarrie (quien escribió The Usual Suspects), se encargan de aclarar que los nazis y los alemanes no eran ni son sinónimo, así como de subrayar la existencia de héroes que se dieron cuenta de lo equivocado que estaba su líder.
El vestuario, la música y las locaciones cumplen a la perfección con el cometido de transportar al cinéfilo. La actuación del inexpresivo Cruise no es nada del otro mundo, pero funciona si se toma en cuenta que está interpretando a un coronel nazi (Claus von Satauffenberg). En todo caso llama la atención el buen Bill Nighy (luchando por dejar de lado su acento británico) como el general falto de carácter Friedrich Olbricht, así como la siempre agradable presencia de Terence Stamp.
Como curiosidad, vale mencionar que no es la primera vez que el director de The Usual Suspects, descendiente de judíos, visita la temática nazi. En su filmografía cuenta con títulos como Apt Pupil, donde un jovencito norteamericano sospecha que su vecino (el fabuloso Sir Ian McKellen), un anciano, es un nazi refugiado a escasos metros de su casa, así como X-Men, cuya primera escena presenta al pequeño Eric Lensherr mientras es separado de sus padres en un campo de concentración.
Recomendable para los amantes del cine bélico, las películas basadas en hechos reales y los seguidores de Singer, Operación Valkiria, la primera superproducción del año, se estrena el próximo viernes 13 de febrero. Vale la pena darle un vistazo.