El actor español Oscar Jaenada pasó la prueba de fuego en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara, donde tras el estreno mundial de “Cantinflas” el hijo del gran cómico no tuvo más que elogios para la cinta y su interpretación.
“Es una joya, es magnífica, las actuaciones realmente son únicas, es impresionante, estoy muy satisfecho. Oscar (Jaenada) la verdad es que me movió muchos sentimientos en esta película”, dijo Mario Moreno Ivanova, hijo de Mario Moreno “Cantinflas”, tras el estreno mundial del filme en la capital del estado de Jalisco.
La selección del catalán de 38 años para el papel protagónico había generado críticas entre el público mexicano, que no vio con buenos ojos que un actor extranjero representara a un ídolo nacional. Esta no es la primera vez que Jaenada encarna a una personalidad de la vida real. En 2005 el actor fue laureado con un Premio Goya del cine español por su interpretación del cantaor Camarón de la Isla en la película “Camarón”.
La premier de “Cantinflas” se realizó con dos proyecciones casi simultáneas, una en Guadalajara y la otra en el municipio conurbado de Zapopan. El público también mostró su aprobación aplaudiendo en diferentes momentos de la historia. Entre los asistentes estuvieron, además de Jaenada, el director Sebastián del Amo, el cantautor Alek Syntek, autor del tema musical de la cinta, y los productores Vidal Cantú y Adolfo Franco. “Fue una aventura gigantesca, de muchas enseñanzas y de muchos años de trabajo; es para nosotros un privilegio que el primer público que vea el trabajo sea el de México”, expresó Franco.
Óscar Jaenada es un actor español de ascendencia gitana. Subió a los escenarios con 13 años para representar una obra de Shakespeare, aunque profesionalmente soñaba con ser ingeniero aeronáutico. Sin embargo el recuerdo de las tardes en las que su abuelo le llevaba al Cine Rívoli hizo florecer su vena artística, tal como comentó en la revista Fotogramas.
Prescindió de formación alguna, ya que la preparación de las escuelas le hacía sentir incómodo. Su preparación como actor se forjó sobre las tablas. Fundó junto con Angel Torner la compañía L'Endoll en su ciudad de origen y representó con ella Traficantes de placer escrita por el mismo, en el centro cultural L'Avenç. Su intención era protestar contra el mundo y expresar su desacuerdo con el estado de cosas. Con la misma intención crítica interviene en Escuadra hacia la muerte (1997), obra de Alfonso Sastre de contenido antibelicista. A estas obras se la sumaría Mucho ruido y pocas nueces (1996), Esperando a Godot (1994), Cartas a Hércules Poirot (1995), Aprobado en inocencia y Pervesidad sexual en Chicago' (1998).
Para ganarse la vida decidió trasladarse a Madrid, a la que llegó con sólo 23.000 pesetas con las que no se pudo pagar ningún alquiler. Obligado a dormir en los bancos, consiguió empleo como camarero en el Hard Rock Café, en el que conoció al director de casting Luis San Narciso, quien se fijó en él y sugirió su nombre para intervenciones episódicas en 7 vidas y Compañeros . La directora de casting Carmen Utrilla se fijó en el para intervenciones esporádicas en El Comisario y Hospital Central.
En el cine logró unos papeles en películas como Lisístrata (2003) y Descóngelate (2003), donde incorporó a un director de cine que fallecía repentinamente para desdicha de sus protagonistas.
Muy poco después Achero Mañas le ofreció el papel protagonista de Noviembre (2003) en cuyo reparto figuraban una mezcla entre actores jóvenes y veteranos como Íngrid Rubio, Juan Díaz, Javier Ríos, Juan Diego, Nuria Gàgo, Amparo Baró... En ella el intérprete encarnó a un actor (Alfredo) de gran vitalidad que se ganaba la vida actuando en el teatro de la calle, en El Retiro, impactando en la vida de sus amigos, quienes, ya mayores, rememoran su mítica figura. Con esta película el actor asoció su imagen con la del artista indomable, asilvestrado, en perenne conflicto con la sociedad que le rodea, con un toque de salvajismo, y cuyo estilo de vida subversivo no estaba permitido en un mundo deseoso de liquidarle literalmente.
Óscar Jaenada fue candidato al Premio Goya por este personaje. Compartió terna con Fernando Tejero, Víctor Clavijo y Juan Sanz, aunque no pudo ir a la ceremonia de entrega porque estaba rodando en Argentina la comedia El juego de la verdad (Álvaro Fernández Armero, 2004). En ella su mejor amigo —encarnado por Tristán Ulloa—, un joven mortalmente enfermo, le reveló su deseo de hacer el amor con su novia. Natalia Verbeke y María Esteve completaron el reparto.
A su regreso a España le ofrecieron muchas comedias donde, como él mismo confesó, es muy importante el sexo. Entre ellas, XXL (2004), en cuyo estrenó llegó a declarar que sólo la había hecho por dinero. Así mismo consiguió un papel fijo en la serie Javier ya no vive solo. Emilio Aragón, Fernando Guillén Cuervo, Cristina Marcos, Alejo Sauras, Emilio Gutiérrez Caba y María Adánez fueron sus compañeros. En ella encarnó a Marcos, a un joven profesor del centro que tras su carácter rebelde esconde agudos traumas infantiles y deseo pleno de dedicar su vida a los niños.