[youtube]http://youtube.com/watch?v=Ft4ncCZg7H4[/youtube]
Cuando sonrío, me recorre una sensación placentera que parte de mi boca hacia el resto de mi cuerpo. Hormigas cruzan sobre mi piel y no puedo dejar de mirar. Soy una niña, una pequeña de 6 años que mira, fascinada, un mundo mágico lleno de color. Las fantasías son posibles. Cada día hay miles de cosas por las que hay que sonreir. Así me siento con los anuncios de Bravia.
Bravia, una televisión con una pantalla de millones de colores. Juan Cabral, un creativo con mucha imaginación y corazón de niño que trabaja para Fallon. La tarea: comunicar que con Bravia ves el color como nunca antes, como con nadie más. La oportunidad: imaginar, como niño, cómo es el color como nunca antes lo has visto. El resultado: tres spots increíbles que nos transportan a momentos donde los colores son mágicos.
El primer comercial fue una colorida cascada de pelotitas de goma cayendo suavemente por una calle en San Francisco. 250,000 pelotas rebotando or todos lados en un día soleado, llenando de color cada espacio.