Nosotros percibimos nuestro entorno de una forma tridimensional, debido a que la posición de nuestros ojos nos permite visualizar un objeto desde dos posiciones ligeramente diferentes, que corresponden a la separación de nuestros ojos. Es como si cada ojo tomara una foto del mismo objeto, las que serán levemente diferentes debido a la separación de nuestros ojos. Estas dos imágenes del mismo objeto, que son un poco distintas (una por cada ojo), son integradas en nuestro cerebro como una sola imagen permitiendo percibir el espacio tridimensional de dicho objeto.
Antes, para apreciar ese efecto de superposición de imágenes en el cine o en publicaciones se usaban gafas con lentes diferentes, uno rojo y otro azul. El sistema actual se basa en la emisión simultánea de dos imágenes superpuestas del mismo objeto. Para que el efecto 3D sea posible, el espectador debe llevar unas lentes electrónicos de polarización activa que, afortunadamente, son bastante cómodas y que no se diferencian mucho de unas lentes de sol convencionales. Lo que hacen estas gafas es bloquear alternativamente la visión de cada ojo al mismo ritmo en que se emiten las imágenes. Con este sencillo truco se engaña al cerebro para dar la sensación de que lo que vemos se sale de la pantalla. Los requisitos para acceder a las tres dimensiones son relativamente sencillos. Basta con una pantalla que sea capaz de emitir el doble de imágenes por segundo. Los televisores o monitores estándar emiten con una frecuencia de refresco de 60 hertzios. Un televisor capaz de emitir en 120 hertzios ya estaría preparado, en principio, para contenidos en 3D. Después, todo depende de que los fabricantes vayan actualizando el software de las pantallas (un proceso que puede realizarse de forma automática) y de que se popularice la venta de lentes de polarización activa, que es el sistema que más está avanzando en el mercado.
Con la nueva tecnología 3D no será posible verlo todo en tres dimensiones, los contenidos deben estar adaptados específicamente a este nuevo formato y, en el caso del cine o la televisión, deben estar filmados con cámaras especiales que capten dos imágenes simultáneamente, separadas apenas por unos centímetros. Esto es así incluso en el ámbito de la fotografía, donde Fujifilm ha sido la primera en lanzar una cámara compacta, la Finepix Real 3D, que toma instantáneas en tres dimensiones gracias a que integra dos objetivos y sensores gemelos que, literalmente, sacan dos fotos de forma simultánea.
El canal británico de televisión Sky TV será el primero en emitir sus contenidos en 3D en 2010. El único requisito será contar con un televisor compatible y actualizar el descodificador a la nueva señal.