Porque no existe la mala publicidad

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La Última Tentación de Cristo
La Última Tentación de Cristo

Decía el escritor Oscar Wilde que Sólo existe una cosa peor de que hablen mal de ti, y es que no hablen. Y cuando menos en el medio cinematográfico, ésto es totalmente cierto. En muchos casos, el éxito de una película se ha debido a los escándalos alrededor de la misma, y muchas han logrado incluso romper records de taquilla debido a las campañas en contra. Esto es hasta cierto punto natural: Si alguien escucha que determinada cinta contiene escenas inmorales, demasiado violentas, terribles u ofensivas, lo primero que hará será picar la curiosidad. En algunos casos, como aquellas perseguidas por cuestiones políticas, harán que mucha gente acuda como una forma de rebeldía, ya sea para protestar en contra de los grupos que piden su prohibición, o porque se identifiquen con la postura contraria. Uno de los casos más palpables fue la cinta El Crimen del Padre Amaro, que iniciara con una muy discreta entrada de taquilla, hasta que fue condenada por la Iglesia, lo que la disparó a niveles estratosféricos, a pesar de que, según los críticos, el filme dejó mucho a deber. Al final, resulta que lo mejor que le puede pasar a una película, es que alguien pida que la prohiban, pues eso garantizará una buena respuesta.