Priest. El Sicario de Dios- Seguridad vs. alienación.

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Priest- El Sicario de Dios
  • Priest. USA (2011)
  • Dir: Scott Charles Stewart
  • Reparto: Paul Bettany, Karl urban, Cam Gigandet, Christopher Plummer.
Una compleja construcción de los elementos más visibles del relato sobre vampiros, es lo que esta película ofrece. Compleja, pero no necesariamente novedosa. Los vampiros llegaron para quedarse y en esta ocasión no son presentados como bestias en proceso de dar el siguiente paso
evolutivo: el vampiro humano.
El asunto es que vampiros humanos existen desde Drácula, por lo que mostrarnos una etapa anterior de evolución, es el primer asunto desconcertante de la historia. El otro tiene que ver con la figura del cazador de vampiros, que en esta ocasión se encarnan en la figura de sacerdotes
entrenados en técnicas de combate, una especie de guerreros de elite al servicio de la fe.
Uno de estos guerreros (Bettany) es el protagonista central de la historia. En un mundo dominado por una iglesia tirana y represora, los sacerdotes han dejado de ser útiles, ya que los vampiros fueron confinados a reservaciones; sin embargo un extraño asesinato ocurrido en las zonas fuera de la gran metrópoli hace pensar que una nueva guerra contra los vampiros está en ciernes.
Pero el asunto se hace algo complejo. Si aceptamos que la fe católica es la única que tiene ritos y
estrategias para enfrentar al mal en todas sus formas, entenderemos en la lógica de esta película,
el que constituya una salvación parcial: seguridad a cambio de enajenación y control. Pero si no es
así, el agua bendita y las cruces parecen elementos carentes de sentido, y el asunto se diluye en un
combate frontal contra bestias salvajes carnívoras.
Ya para el caso, daba lo mismo que fueran guerreros, sacerdotes, sheriffs o el mismísimo Van
Helsing, cuando queda claro que se trata de arrancar cabezas y conservar la vida. La película
daba para un tratamiento místico más profundo, pero la verdad es que se queda a la mitad de
todo. Incluso la idea de que la metrópoli y la supresión de libertades son las armas para someter
la voluntad colectiva, daba para un tratamiento mucho más profundo, y por supuesto, más
interesante.
Reconforta sin embargo, que el tema está puesto desde el principio, sin vampiros con dilemas
morales, o con crisis para aceptar la eternidad. Un combate frontal y violento contra el mal,
aderezado con tomas construidas con arte y buen gusto. Ese sea acaso su mayor logro: lo
sublime que resulta la fotografía de la desolación, un desierto cortado por la soledad interna, que
representa un excelente marco para este tipo de historias.
Lo mejor:
La fotografía sin duda. Las tomas del desierto, los juegos de luz y sombra, las estatuas
monumentales.
La recreación de la ciudad, muy al estilo de Sin City, pero bien lograda.
La primera parte en animación. Interesante y bien hecha. Quizás esa historia ancestral
merecería toda una película
Lo peor:
Que te quedas a la mitad de muchas cosas. Muchos huecos, pocas explicaciones.
¿Porqué tendría que se la iglesia la única capaz de luchas contra bestias sin conciencia?
¿Qué papel juega el asunto de la fe?: preguntas que parecen ociosas hasta que
compruebas que sobre ellas se construye la historia.