Ya estamos prácticamente dentro de la temporada navideña, y usualmente podemos ver mínimo una adaptación de la historia Un Cuento de Navidad de Charles Dickens. Esta historia ha seguido al cine prácticamente desde el nacimiento del medio, como podemos ver en esta ocasión.
En 1901, el director Walter R. Booth realizaría una adaptación sobre esta historia, de apenas cinco minutos, de la conocida historia, a la que tituló Scrooge, O el Fantasma de Marley. Debido a este corto tiempo, la trama prescinde de los tres fantasmas, y es el mismo Marley el encargado de mostrarle a Scrooge imágenes de su pasado, presente y futuro. Sin embargo, para una cinta realizada a principios del siglo XX, los efectos son notables. Las sobreimposiciones, que son muy fluidas y bien logradas, incluso sobre fondos claros, logrando que las imágenes no se pierdan en ningún momento.
La cinta original constaba de 620 pies, de los cuales sólo sobreviven 323. aunque resulta más que suficiente como para captar la mayor parte de la historia, pues los faltantes son fragmentos de la secuencia completa.
A continuación, les dejamos la cinta completa, que es sin duda algo signo de verse. Vista actuamente, luce burda, pero si la situamos en su momento, nos daremos cuenta de la maravilla que es.