Primera co-producción de la historia

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En esta época de globalización, las co-producciones son muy usuales, pues no sólo implican una mejor inversión y más recursos, sino la posibilidad de unir talentos, visiones y locaciones de una forma muy sencilla. Sin embargo, todo tiene un principio en este mundo, y la primera ocasión en que se dio una cooperación como esta seguramente sorprenderá a más de uno.

Para 1895, los Melies se habían hecho de suficientes recursos y fama como para experimentar en otros terrenos. Para ello, contrataron al cinematografista Gabriel Veyre, uno de los mejores de su equipo, para que viajara por el mundo, filmando pequeñas viñetas de diferentes paises, eligiendo México como su primer destino, donde arribó en 1896.

En esos años, Porfirio Díaz era el Presidente del país, y además de ser un amante confeso de la cultura francesa, supo ver las posibilidades de difusión que ese nuevo medio implicaba. Por ello, recibiò a Veyre como invitado de honor, no sólo dándole todas las facilidades para filmar a su gusto, sino apoyándolo de forma económica y con equipo para la realizaciòn de varias cintas, por lo que el cineasta permaneció casi dos años en el país, grabando todo tipo de pequeños cortos.

Si bien México no tenía una industria cinematográfica en ese entonces, el que hubiera prestado apoyo económico y técnico al cineasta francés, convierte esos dos años en la primera co-producción de la historia, que evolucionaría a lo que ahora conocemos.