Punto de Quiebre, cuando el activismo vende

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Si bien la cinta original de Punto de Quiebra, de 1991, no fue un éxito extraordinario de taquilla, debemos de aceptar que creo un verdadero culto algún tiempo después, y está catalogada dentro de las cintas a las que las ventas no le hicieron justicia. Por ello, no debe de extrañarnos que volviera para este año, con una premisa básicamente similar, pero con algunos cambios que, si bien podrían parecer mínimos, en realidad son muchas más de las que inicialmente notamos.

De entrada, las escenas de deportes extremos son mucho más espectaculares que en la primera cinta, y en esta ocasión, siguiendo las visiones más modernas de la "conciencia", los criminales no lo son sólo por la ambición, sino que se mezclan elementos de eco-terrorismo y preocupación por el medio ambiente, aunque llevados a niveles criminales.

Ericson Core hace una adaptación bastante buena, aunque como dijimos, sus intenciones moralizantes, le hacen perder un poco la intención original. Incluso las escenas de acción, mucho mejor logradas, pierden fuerza ante una trama que, a pesar de ser muy similar, pierde algo de su esencia en la construcción de las motivaciones.

A pesar de todo, es una cinta muy bien realizada, y que resulta bastante atractiva para aquellos que gusten de la acción extrema y de las historias policíacas.