Un término que vemos bastante entre los críticos cinematográficos, y que seguramente en muy pocas ocasiones comprendemos, es el llamado circuito comercial. En sí, recibe ese nombre la serie de títulos que se presentan en más del 75 % de una cadena de cines, en más del 50 % de los países. Esto implica, por necesidad, muchos de los grandes blockbusters de Hollywood, aunque existen una gran cantidad de cintas de otros países que logran hacerse de este lugar. En general, el término es aplicado a nivel internacional, aunque existen también circuitos comerciales locales, lo cual es también muy importante para considerar. Dragon Ball Z, la Batalla de los Dioses, fue un ejemplo muy claro, pues estaba fuera del circuito comercial internacional, pero en el de Asia estaba lidereando, por lo que las grandes distribuidoras decidieron incluirla dentro de la mayor.
Usualmente, el circuito comercial es decidido por las grandes distribuidoras, que son el primer filtro de muchas de ellas. Sin embargo, los grandes festivales, en especial los premios Oscar, pueden influir para que alguna película salte a este nivel. Por otro lado, a pesar del sentido peyorativo que se le da al término "comercial", es posible encontrar mucho cine de arte dentro de estos grupos, y del mismo modo, varias de las cintas clase B están fuera del mismo, a pesar de no ser cine de arte.
Este elemento puede ser muy importante para cuando quieras entender a los críticos, y también para darte una idea de donde puedes ver alguna de tus películas favoritas.