Cuando usualmente pensamos en un doble, lo primero que se nos viene a la mente es una persona que realiza las escenas peligrosas de una cinta, de modo que el protagonista no tenga que arriesgarse. Sin embargo, el doble de riesgo, aunque es uno de los más frecuentes y con un trabajo más exigente, no son los únicos que encontramos en el cine. Otro de los más necesarios, y que comunmente son ignorados, son los llamados dobles de talento.
Reciben este nombre aquellas personas que substituyen al actor en actividades que, si bien no son necesariamente peligrosas, requieren de talentos que el actor no cuenta, o no los puede realizar con la misma competencia que el personaje requiere. En esta categoría entran bailarines, cantantes, músicos, jugadores de algún deporte en específico y muchas otras opciones más.
Una de las formas màs usuales de este tipo de profesionales, es el doble de voz. Disney en especial se ha caracterizado por tener voces especiales para las partes cantadas de sus actores, de modo que resulten un éxito sin necesidad de obligar a la voz original a aprender a cantar.
Usualmente, los dobles de talento no son trabajadores habituales, sino que usualmente se contratan a expertos externos de acuerdo a cada necesidad. Usualmente sus participaciones son discretas, como los close-ups a las manos o pies de un pianista o bailarín, aunque hay casos en que se deben de substituir en secuencias más largas, como jugadores de futbol americano, ciclistas o gimnastas, por lo que usualmente se trata de que sean lo más parecidos al actor.