Durante todo el día de ayer, las redes sociales se convirtieron en un verdadero campo de batalla, cuando trascendió el anuncio de que Disney pensaba comprar los derechos del Día de Muertos, al grado de que muchos se tomaron en serio una nota de tono totalmente satírico. Si bien algo así es perfectamente posible, no es tal y como muchos defensores a ultranza lo imaginaban, sino que debe de analizarse con más cuidado.
Halloween, por ejemplo, es una marca registrada, que le pertenece a John Carpenter y Compass International Films. Eso sólo significa que si alguien quisiera hacer una película en donde un psicópata llamado Michael Myers se pone una máscara de caucho y asesina gente, debe de pedirles permiso. Eso no implica que si alguien piensa hacer una fiesta de halloween, deba uno esperar que Carpenter dé la autorización. Del mismo modo, si Disney registra una película llamada Dia de Muertos, está protegiendo sólo un título y un concepto, no la celebración en sí. En cierto modo, lo que uno no podrá utilizar es la trama, los personajes diseñados, y posiblemente la frase con la tipografía que se vaya a elegir, pero nada más. De hecho, pocos saben que ya la celebración ni siquiera le pertenece a México, pues la UNESCO la declaró patrimonio de la humanidad.
Pero si una cosa es cierta, es que este escándalo ya le está generando a la cinta una publicidad excelente desde antes de que se lance.