Rachel getting married

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[rating]5[/rating]

Una tarde de puesta de sol decidí ir al cine sola. Me venía bien la soledad, así que escogí Rachel getting married por encima de otras cintas más alegres. Compré mi boleto y entré. La alfombra garigoleada del cine me dió la bienvenida. Esas espirales de colores, que se esmeran por esconder las manchas de comida caída, no pueden más que revolverme un poco el estómago. Seguí caminando y entré en la enorme sala de cine que me recibió silenciosa y oscura. Siempre me saca un suspiro entrar sola a una sala vacía, pues me recuerda que soy muy pequeñita. Tomé asiento y esperé.

Rachel getting married. Un filme nominado -y en ocasiones ganador- en varios festivales para las categorías como mejor actriz, mejor director y mejor guión. Se me antojaba para ser una película melancólica. Y lo fue. La historia de una familia que ha pasado por momentos muy crudos. Dos hermanas: una es Rachel (Rosemarie DeWitt) y otra es Kym (Anne Hathaway). Dos que se aman y se odian con todo el corazón al mismo tiempo. Historias tristes que les han pasado pero que dos niñas jamás deberían de vivir. Ellas lo único que tienen en común es su gran gana de ser diferentes a sus padres. Una con el rol de madre no solicitado, otra con el rol de la hija perpetua atrapada en sí misma. Solas, crecieron como crece una hierbita al filo de la banqueta.

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Este es un filme de tono gris que despierta sentimientos del fondo del corazón. La historia te habla tristemente y a susurros en la oreja. Te sopla una brisita helada en la nuca y te pone a pensar en Kym y en Rachel. Momentos en los que a veces se tiene que escoger el bienestar de una por encima de la otra. Momentos en los que parece que todo se cae al piso como castillo de naipes y no hay manera de volverlo a construir. Todo huele a una tristeza tan profunda que te provoca un astío de ya no querer caer de nuevo en la misma situación. La hermana salvadora que se ha cansado de cargar. La hermana salvada que sigue cayendo pero que odia que le recuerden que cae en cada paso.  Estar harto de venir cargando todo al mismo tiempo y tratar de seguir caminando sin tirar nada y de pronto el camino te obliga a seguir el paso aunque se caigan las cosas de tus manos. Y al final la pregunta: ¿Estoy sola?

Stand up, you've got to manage. I won't sympathize anymore." - Björk, Army of me

Inevitable pensar en la canción de Björk "Army of me" saliendo del cine. Llegar a una conclusión de la película es incómodo y ocasiona mucha confusión -un poco también provocada por la cámara en mano con la que es filmada toda la película-. Digo incómodo pues siempre es difícil juzgar a quien se ha caído. Siempre en la mente la duda sobre Kym... ¿es egoísta? ¿Es tonta? ¿o simplemente es débil? Adicta fuertemente al drama en su propia vida, provoca desesperación y tristeza, odio y compasión. Y entonces el espectador se convierte en Rachel, la hermana mayor.

Una historia sin principio ni final pues lleva sucediendo desde siempre. Este filme es simplemente un momento a lo largo de sus vidas, en el que coincidimos. Definitivamente desde que inicia hasta que termina es Anne Hathaway la dueña de este filme.