Recordando a la genial comedia Blazing Saddles, una de las grandes colaboraciones entre Mel Brooks y Gene Wilder

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El humorismo actual en los Estados Unidos, con la sátira elevada al absurdo, no habría sido posible sin la influencia de mentes creativas como las de Mel Brooks y Woody Allen. Sin ellos, no habrían evolucionado Los Simpson, y la comedia de ese país se habría estancado, en especial frente al inteligente humor británico.

Y recordamos ahora a Brooks, de 90 años, a propósito del triste fallecimiento del actor Gene Wilder, quien tenía 83 años y padecía Alzheimer. Desde 2013 no actualizaba su cuenta de Twitter, y muchas veces se rumoró sobre su muerte durante este tiempo.

Brooks y Wilder trabajaron juntos en algunas ocasiones, primero en Los Productores (1968), película que le valió a Brooks el Oscar a Mejor guion original, y a Wilder una nominación a Mejor actor de reparto. En 1974, Brooks dirigió a Wilder en Blazing Saddles y en Young Frankenstein. En esta última, ambos coescribieron el guion, siendo nominados al Oscar por Mejor guion adaptado, perdiendo ante Francis Ford Coppola y Mario Puzo por El Padrino II.

"Gene Wilder, uno de los verdaderos grandes talentos de nuestro tiempo. Bendijo con su magia cada película que hicimos, y me bendijo con su amistad".

Después de eso, Wilder, ya consagrado, comenzó a dirigir sus propias comedias, siendo uno de los cómicos más taquilleros de los ochentas.

Hoy recordaremos una de sus colaboraciones: Blazing Saddles, que en España lleva como título una traducción casi literal: Sillas de montar calientes, mientras que en Latinoamérica ha sido conocida como Locura en el oeste y como Un comisario de película.

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Blazing Saddles fue un filme de su tiempo, cuando lo políticamente correcto no estaba tan enraizado. El mismo Mel Brooks admitió en una entrevista con The Daily Beast, publicada la semana pasada, que, en 2016, habría sido imposible filmarla.

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Sin embargo, aún en su tiempo no estuvo exenta de problemas, e incluso los ejecutivos de Warner Brothers quisieron cancelar su exhibición, pero no lo hicieron porque los cines ya la tenían programada:

“De hecho recibí notas de los jefes del estudio que me decían: ‘elimina la escena de las flatulencias, corta cualquier broma racial o étnica, edita las escenas donde un caballo y una anciana es golpeada’, y mi nota favorita: ‘¿Puedes volver a filmar a Black Bart con un actor blanco?’. De haber hecho esos cambios, la película habría durado catorce minutos. Estúpidamente, tiré todas esas notas a la basura, ¡imagínate el libro que habría podido publicar con ellas!”.

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Blazing Saddles originalmente sería protagonizada por Richard Pryor (coescritor del guion) en el papel de Black Bart, un trabajador de color que, después de ser casi ejecutado por golpear al capataz Taggart mientras son montadas las vías del ferrocarril, es enviado por el malévolo Hedley Lamarr (Harvey Korman) como sheriff del poblado de Rock Ridge, con la esperanza de que ahí lo linchen por ser negro.

Brooks recuerda:

“El estudio no quería (a Pryor) porque decían que no era confiable debido a sus problemas personales. Luché mucho por Richard, y de hecho estaba a punto de renunciar, pero él me dijo que no lo hiciera porque necesitaba el pago como guionista para pagar su hipoteca. Tuvimos una larga y extensa búsqueda para encontrar al actor adecuado para su papel. Cuando audicionó Cleavon Little, Richard estaba en la sala y me hizo la señal de que él era nuestro hombre”.

Little, antes y después de Blazing Saddles, hizo su carrera en series y películas de TV. Junto a él aparece Gene Wilder como Jim, mejor conocido como el Waco Kid, un pistolero tan rápido que nunca se ve cuando desenfunda.

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La película tiene muchos chistes raciales, aunque en ningún momento es ofensiva hacia la gente de color, más bien hacia los blancos por ser racistas. Mel Brooks cuidó mucho esto gracias a Pryor:

“Cuando recibía mucha presión para cambiar el guion debido a que era ofensivo hacia los negros, Pryor respaldó el trabajo. Él decía que el libreto, el cual nos ayudaron a escribir otras tres personas, era gracioso, y si que fuera comprometedor en alguna forma, no lo haríamos”.

Blazing Saddles 3

A pesar de los malos augurios de los jefes de Warner, la cinta fue un éxito. Los ejecutivos pensaron en hacer una secuela, pero los abogados de Brooks habían incluido en el contrato una loca cláusula que decía que sólo tendrían derecho a realizarla dentro de los seis meses posteriores de estrenada la película, ya sea en cine o como serie de TV.

Para mantener los derechos, Warner coprodujo con CBS una serie basada en Blazing Saddles llamada Black Bart, con Louis Gossett Jr. en el rol protagónico. Únicamente fue transmitido el piloto, pues el estilo de humor era difícil de llevar a la TV. Sin embargo, durante cuatro años estuvieron haciendo seis episodios anuales que jamás fueron transmitidos, todo con tal de mantener los derechos para hacer una secuela (la cual nunca se realizó), de la misma manera en que Bernd Eichinger hizo en 1994 un filme de Fantastic Four que nunca se estrenaría con tal de mantener los derechos y más tarde producir una cinta en grande.

Mongo caballo

Blazing Saddles fue, y sigue siendo, una obra maestra de la comedia, en especial si se ve desde el contexto en que fue realizada, una época en la que ese tipo de humor era totalmente revolucionario.