Ricki and The Flash

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Manuel Cruz

@cruzderivas

Ricki and The Flash es otro ejemplo para demostrar el talento de Meryl Streep, pero también el de Diablo Cody. La alianza entre quizás la mejor actriz en la historia del cine y la guionista de Juno, portadora de un humor original y refrescante, resultan en una comedia de poder narrativo y teatral, bajo la eficaz dirección de Jonathan Demme.

Esta vez, Streep interpreta a Ricki, una estrella de rock cuya gloria parece residir en los 70’s, y cuyo presente deambula entre pequeños conciertos con su banda en una cantina perdida, y horas de banalidad frente a la caja registradora de un establecimiento similar a Green Corner. Pese a mostrar el humilde éxito de la talentosa cantante, (Streep presume de su extraordinaria voz y potencial manejo de la guitarra en varias secuencias) Cody y Denme enfatizan en el sacrificio personal que viene con el intento de libertad artística: Lo único que parece arrastrar a Ricki de regreso a Indianapolis, opulenta ciudad donde reside su ex-marido Pete (un Kevin Kline más introvertido que sus memorables personajes en Un Pez Llamado Wanda y Beso Francés, pero aún profundamente gracioso) es el súbito divorcio y depresión de su hija Julie (Mamie Gummer, hija verdadera de Streep y hermana de Grace Gummer, cuya extraordinaria actuación en The Homesman de Tommy Lee Jones demuestra el legado actoral en la familia)

Meryl Streep como Ricki
Meryl Streep como Ricki

A partir de ahí, Ricki se embarca en una serie de intentos por reunirse emocionalmente con su pasado, y pertenecer a una familia que esencialmente no la conoce. La resolución de conflictos dolorosos para llegar a una redención llena de felicidad es una fórmula conocida, pero nunca se siente forzada. Al igual que Juno, Cody presenta un universo fundamentado en el humor, pero repleto de verdades que se dan a conocer mediante la honestidad del diálogo, y no la invocación de una moralidad mediocre. Ricki es genuinamente una presencia incómoda en la familia, y la actuación de Streep lo transmite. En lugar de presentar escenas de gritos y lágrimas en un mediocre intento por lograr el climax, hay una sutileza en el personaje de Ricki (especialmente en su relación con Julie, abarcando una mitad de la historia) que termina con una narrativa predecible en su estructura, pero altamente verosímil y entrañable en su ejecución.

Ricki and The Flash es una película honesta en su planteamiento, una decisión encomiable para la estructura de dramas familiares con énfasis en el humor. Diablo Cody vuelve a demostrar su talento como guionista, y si Streep tiene algún interés en iniciar una carrera como estrella de rock, ciertamente no le falta habilidad.