Manuel Cruz
@cruzderivas
Las siguientes imágenes en este texto ofrecen enlaces al trabajo de NFL Films. Se recomienda verlo.
1 de Febrero de 2015. Arizona, Estados Unidos.
La realidad hizo justicia a la anticipación. Por meses se había anunciado como una metáfora de la guerra, pero ahora mismo -y tras la peculiar aparición de Katy Perry- la guerra va a terminar. El Superbowl XLIX llega a su fin, y los Halcones Marinos de Seattle se encuentran en las últimas yardas del campo para derrotar a los Patriotas de Nueva Inglaterra. Russell Wilson lanza el balón y lo ve caer en las manos de Malcom Butler, un jugador defensivo de los Patriotas. La guerra termina en una jugada de 3 segundos, y Nueva Inglaterra vuelve a ser campeón.
Hoy, esa jugada dura entre 20 minutos y 6 horas. NFL Network, el canal de televisión oficial de la liga, la repite en una cantidad aparentemente infinita de perspectivas: La reacción jovial de Tom Brady, QB de los Patriotas, la sorpresa y horror en el rostro de Pete Carroll, entrenador de los Halcones Marinos. Las cámara lenta explora cada detalle y ofrece un escenario épico, no tanto por la jugada en sí -aún cuando esta ganó el Superbowl-, sino por cómo es vista. Esos 3 segundos, ahora eternos, representan a Ed y Steve Sabol.
*NFL Films, fruto de su labor, ha registrado momentos similares por décadas. Y su historia inicia con la obsesión por el registro, cuando un joven Ed Sabol convirtió una cámara de 16 mm en una extensión de sus ojos. Tras cambiar una vida en ventas por el cine, Sabol se interesó por los partidos infantiles de su hijo Steve, en una época donde la NFL apenas comenzaba a relacionarse con la televisión. Los juegos que acabarían siendo conocidos como los primeros Super Bowls en la historia de la liga debían ser filmados, y Sabol no dudó en aprovechar la oportunidad. Pero su amor por Hollywood -y el de Steve por la innovación artística de su tiempo, incluyendo al cine- los transformarían en mucho más que camarógrafos de un partido.
¿Puede el deporte contar una historia? En un primer nivel, cualquier partido es un conflicto: Uno gana y el otro pierde. Pero los Sabol lograron entender que esa lucha -simple en teoría- llevaba consigo miles de emociones, a punto de explotar, u ocultas entre la tensión. Así, un juego de campeonato entre los Empacadores de Green Bay y los Vaqueros de Dallas en 1967 fue replanetado como el Ice Bowl, una lenta batalla donde los dedos de los jugadores temblaban antes de soltar el balón, y el deseo por un final se veía reflejado en sus rostros. De la misma forma, el pase de Joe Montana a Dwight Clark en 1982 se llama The Catch, simbolizando a la dinastía de San Francisco y sus 49s. La Inmaculada Recepción aún sostiene su misterio, y la lista sigue hacia el presente, con ejemplos como la extraordinaria recepción de Odell Beckham Jr. en 2014.
A través de narrativas audiovisuales respaldas por un poderoso guión, los jugadores y de la NFL se convirtieron en superhéroes, y sus partidos en aventuras. Y aquel estilo se ha trasladado a otros deportes: la fascinación por Messi en el soccer o Jordan en el basquetball es resultado directo de lo que la audiencia ve: La imagen del gol en cámara lenta, y las reacciones del equipo -victorioso o contrincante- prevalece. Antes del reality show, los primeros televidentes encontraron sus estrellas en el deporte, cada domingo, gracias a los Sabol.
Pero su legado más relevante se aleja del heroísmo. Ed Sabol también buscaba historias antes del juego. Y al filmar la preparación y el entrenamiento de cada equipo, la audiencia pudo ver a sus héroes en una proporción más humana. La tensión entre jugadores se podía escuchar gracias a los micrófonos dentro de su uniforme, y la forma en que Sabol observo a entrenadores como Vince Lombardi o Bill Walsh dio cimientos a los mitos y leyendas de cada uno, sin abandonar su humanidad.
NFL Films continúa perfeccionando su “realismo épico”: Mientras America’s Game retrata el viaje al Super Bowl de todos los equipos victoriosos, The Missing Rings explora a aquellos que casí llegaron (como el triste caso de los Bills de Buffalo) A Football Life perfila iconos del juego sin vergüenza a los temas de desigualdad social y adicción que aparecen en las vidas de algunos de sus protagonistas, siempre fieles a la realidad. Y respecto a la dificultad de pertenecer a la NFL, Hard Knocks (en asociación con HBO) hace ver a cualquier reality show como una estructura predecible y controlada.
La admiración deportiva es resultado de una conexión humana. A veces entre un niño y el uniforme oficial de Messi, a veces durante horas frente a la última edición de Madden. Pero quizás el primer ejemplo de marketing explosivo -al menos en la NFL- fue y sigue siendo la observación. Porque siempre se querrá volver a The Catch. Pero también porque Jerry Rice, considerando el mejor jugador en la historia de la liga, es sorprendentemente humilde. Porque la actitud explosiva y violenta de Brandon Marshall no es gratuita, y antes de ser una leyenda, Aaron Rodgers fue prácticamente abandonado en el Draft. Esta mezcla de emociones no existiría sin Ed y Steve Sabol.
Steve Sabol murió en 2012.
Ed Sabol murió en Febrero de 2015.