El cine occidental ha adquirido la pésima costumbre de que, una vez que se encuentra una fórmula original, propositiva y exitosa,se le saca jugo hasta que se le agota totalmente, al grado de que una obra maestra acaba convirtiéndose en una franquicia en donde cada nueva entrega es peor que la anterior, hasta volverse totalmente ridícula. El cine oriental, por su parte, se había salvado de caer en esta línea, pero dado que eventualmente tendrían que descubrir que era un buen negocio, acabaron copiando el esquema, y en estos últimos años hemos visto como las pantallas asiáticas se han llenado de este tipo de productos.
La más reciente producción de Tsutomu Hanabusa es un spin-off de Ringu, la cinta que le abrió abrió las puertas al cine de terror japonés en Occidente. En ella, retoma parte de la cinta original, pero se lanza a "profundizar" sobre el pasado de Sadako, la niña fantasma de toda esa franquicia, lo que al final hace que parte del misterio que envolvía a la misma se pierda. Por otro lado, en el interés de hacerla más atractiva para la tecnología 3D, se agrega una serie de escenas que, si bien no incorporan nada a la narrativa, están pensadas para enriquecer el aspecto visual, pero acaban viéndose gratuitas. Debido a su conexión con las antes mencionadas, es muy factible que las lleguemos a ver próximamente en estas latitudes, aunque honestamente, no parece que vaya a valer la pena. Si realmente disfrutaron la primera, es preferible que eviten esta versión, pues les robará mucho de ese encanto.