Se oponen cadenas de cine a exhibir más cine mexicano

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A pesar de que cada año abren nuevos complejos, los exhibidores dicen no tener espacio para exhibir más cine mexicano
A pesar de que cada año abren nuevos complejos, los exhibidores dicen no tener espacio para exhibir más cine mexicano

Un rotundo no fue la respuesta de los exhibidores de cine en México a la iniciativa de reforma a la Ley Federal de Cinematografía presentada por el PRD.

La iniciativa pretende incrementar de una a tres semanas la permanencia obligatoria en pantalla de cada película mexicana estrenada.

En reunión con integrantes de las comisiones unidas de cultura y de radio, televisión y cinematografía del Senado de la República, Alejandro Ramírez, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine) y director de Cinépolis, reconoció que esta propuesta tiene el fin de que el cine nacional prospere, pero preocupa porque cada vez llegan más títulos a México y el número de salas no permitiría exhibir cintas mexicanas por un periodo mínimo de tres semanas, “a menos que se quiten de cartelera otras películas nacionales que han tenido aceptación en el público”.

En respuesta, la actríz y ahora senadora, la perredista María Rojo sugirió algo muy inteligente y lleno de sentido común: garantizar mayor tiempo en cartelera a los filmes que hayan ganado algun premio o reconocimiento, en festivales de México y el extranjero.

Asimismo, los senadores urgieron al Servicio de Administración Tributaria que ponga en práctica, sin interpretaciones, el artículo 226 de la Ley del Impuesto sobre la Renta en materia de apoyo fiscal para la producción de largometrajes.

Hacienda considera estos estímulos como ingreso acumulable, lo que los sujeta a una tasa impositiva de 28 por ciento. Con tal lectura, el monto acumulable de 500 millones de pesos que se prevé anualmente para el sector se reduce a 350, lo que limita la posibilidad de desarrollo del cine nacional, dijo.

Actualmente hay una iniciativa en la Cámara de Diputados para permitir que este estímulo no pueda considerarse como ingreso acumulable, a fin de que los 500 millones de pesos lleguen íntegros al sector.

A todo esto, resulta inconcebible que el gobierno siga poniendo trabas para el apoyo del cine mexicano a través de reglas tontas en Hacienda, por otro lado, los exhibidores se sienten "agredidos" de que tengan que dedicar una o varias salas de sus complejos cinematográficos a la exhibición de cine mexicano, cuando en otros países como España, Argentina, Brasil o Francia existen leyes que obligan a darle preferencia en la cartelera al cine local.

Es cierto que el cine mexicano produce churros, pero esos generalmente son hechos con dinero otorgado por grandes distribuidores. Comedias insulsas que no van a ningun lado.

El cine mexicano de a deveras, vive en la clandestinidad. Grandes historias que provocan el llanto, la risa, la reflexión son aplaudidas y elevadas a obras de arte en el resto del mundo mientras que en nuestro querido México, nos encargamos de esconderlas, tal vez porque distribuidores y cadenas de cine no están preparados para programar cine de excelencia. El punto es que el público mexicano está ávido de ese cine que una y otra vez, le quieren negar.