Un matrimonio decide que nada, ni siquiera el que la Tierra esté al borde de un apocalipsis climático, evitarán que celebren la Navidad perfecta, por lo que invitan a toda su familia y amigos a lo que posiblemente será la última celebración de todo el planeta. Esta es la trama sobre la que se desarrolla la reciente cinta Silent Night.
Si bien las películas navideñas son ya parte de la temporada de fin de año, lo cierto es que en cada ocasión nos topamos con alguna que toma este viejo cliché, y nos presenta algo realmente novedoso. Esta cinta británica está dirigida por Camille Griffin, y es quizá la más severa crítica al negacionismo que se vive actualmente. Todos los hechos comunes y familiares de una cena navideña adquieren un cariz diferente cuando el espectador, y en especial los personajes, saben que fuera de esas paredes el mundo se está destrozando, e incluso si llegaran a sobrevivir dentro de la casa, ya no habría nada afuera que encontrarse.
La cinta hace un excelente manero del terror psicológico, pero de una manera muy sútil, por lo que no cabe duda que quizá no sea del agrado de los amentes del horrors más directo, en especial por sus toques de humor negro. Pero para quien sepa encontrar su intención, seguramente la disfrutará.