Sin City: Una Dama por la Que Matar, aún buena, pero no al nivel.

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Si bien la segunda entrega de Sin City sigue siendo una cinta realmente disfrutable, se queda muy por abajo de la primera, pues si bien la dupla Robert Rodriguez/Frank Miller logran ofrecernos una buena historia - que no excelente - y una gran experiencia visual, simplemente se casan con la fórmula que les funcionó en la primera, de modo que bien podría ser una continuación de la primera, más que una secuela. Si bien resuelven bastante bien el regreso de dos personajes que habíamos visto morir en la primera parte, realmente es una pérdida a nivel narrativo, pues parte del encanto de éstos era el morir por hacer lo que ellos veían como lo correcto. La violencia sigue estando justificada, pero en algunas ocasiones llega a coquetear con lo gratuito, que si bien no llega a caer en el extremo, es más que suficiente como para que el espectador sienta un tanto forzada la trama.
A pesar de ello, la historia logra capturarlo a uno, aunque curiosamente resulta más impactante para quien no vio la primera. Los personajes están un poco más redondeados, pero con ello llegan a perder un poco de la dureza anterior. Es perfectamente posible ir a verla y salir muy satisfecho, siempre y cuando logre uno guardar distancias, a pesar de que deja al final el regusto de que, con un poco de esfuerzo, hubiera sido muchísimo mejor.