Sin Límites. El diablo que vive encerrado en una pastilla.

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Sin Límites. Limitless


  • Sin Límites. Limitless (Dark Fields) USA. 2011
  • Dir: Neil Burguer
  • Reparto: Bradley Cooper, Abbie Cornish, Robert De Niro, Anna Friel, Andrew Howard, Johnny Whitworth, Robert John Burke, Tomas Arana.
  • Calificación 4/5

Pocas veces nos encontramos con películas – por lo menos en la cartelera comercial- que sugieran diferentes lecturas, en realidad muchos de los argumentos hollywoodenses actuales son generalmente planos y se leen en un solo sentido. Esta película sin embargo es tan compleja que pasa del drama, la comedia negra, el thriller y el suspenso prácticamente de una escena a otra.

La historia gira en torno a un escritor fracasado en plena crisis creativa (¿porqué en el cine, ser escritor es sinónimo de fracasado? ¿Alguien sabe?); se encuentra con un  ex cuñado que le ofrece una supuesta nueva droga experimental que lo pone en condiciones de usar al máximo todas sus facultades mentales. El ex cuñado muere en extrañas circunstancias, pero el muchacho pronto comprende el poder sorprendente de la droga: lleva las facultades de pensamiento y deducción a extremos tales, que no solo escribe el libro, sino que aprende idiomas, entiende patrones ocultos detrás de la bolsa y el mundo de las inversiones, por lo que se vuelve rico, famoso e influyente. Sin embargo, un poder así no puede durar por siempre, por lo que deberá enfrentar las dificultades de haberse asomado al mundo de las ambiciones y el tráfico de drogas, sin más arma que una misteriosa pastilla traslúcida.

Pero la película es mucho más interesante que solamente decir que cuenta como una persona entra al mundo de las drogas sin saber bien a lo que se está metiendo. Usando la creencia popular – no del todo cierta y generalmente mal planteada, pero sorprendentemente aceptada por la opinión pública- de que solo usamos una pequeña capacidad del cerebro, la cinta se centra en el dilema de explorar el potencial humano al máximo, aunque no de manera natural; ya que al parecer  eso no se logra más que con la combinación de drogas que estimulen al cerebro y mantengan esa actividad cerebral casi al borde de la locura.

La premisa se combina con juegos de cámaras, una impresionante y adecuada musicalización y vertiginosas escenas que asemejan un caleidoscopio multidimensional. Cada experiencia con la droga va acompañada de elementos visuales y sonoros que sacuden al espectador, a la vez que lo sorprenden, lo emocionan, lo asustan.

Una constante a destacar – por ejemplo- es el uso de espejos. Una acertada y cuidada metáfora de las máscaras, la búsqueda del yo interior, el verdadero y la insuficiencia de la imagen para retratar procesos complejos. También la utilidad de reconocernos a nosotros mismos, un tanto diferentes, un tanto cambiados como sucede después de las experiencias reveladoras. Ni hablar, a veces no queremos creer que el Diablo existe, aunque nos lavemos los dientes con él frente al espejo todas las mañanas.

Coherencia interna, y agudos momentos de crítica y tensión hacen de ésta una película interesante, no obstante, es importante decir que no sobreviviría a un severo análisis sobre neurología y química cerebral. Ni tampoco a uno de coherencia interna una vez que nos acercamos al desenlace y el conflicto final.

Lo mejor:

  • El inteligente manejo de cámaras, planos e iluminación que pretende que el espectador capte el cambio de percepción que provoca el uso de la droga.
  • Un ritmo vertiginoso donde todo sucede rápido sin dejar huecos en la trama.
  • No tiene un corte moralista, (como pudiera pensarse de primera intención) no pretende satanizar el uso de sustancias y de hecho ni siquiera se centra en el cuestionamiento ético de una situación como la que la historia describe. Se agradece que el mensaje sea más profundo que aquel de “las drogas destruyen.”

Lo peor:

  • La falsa premisa de que solamente usamos un porcentaje de la capacidad del cerebro es el eje central de una historia compleja. Eso, de entrada genera muchas situaciones que no se sostienen en un debate serio respecto al tema y de hecho distraen del asunto central de la película.  Es diferente decir ¿ y si se pudiera? Que empezar diciendo: esta mentira es verdadera y todo lo que les voy a contar es tan verdadero como la mentira. Complejo de resolver supongo.
  • Percepción, deducción, conocimiento  e inteligencia, no son sinónimos. Aunque a veces parezca que sí.
  • Al final el conflicto central se resuelve de manera tan simple, que uno se pregunta si era necesaria tanta historia para llegar hasta ahí.