Sofia Coppola es una directora contemplativa, que se da el tiempo de ver la acción, de plantar la cámara ahí en frente y qué las cosas pasen. Y no cómo la tendencia mexicana de cine contemplativo…si no de una forma mucho más poética que documental.
En un hotel de Los Ángeles, Johnny, Tony…o más bien Francis (Stephen Dorff) un desbalagado actor hundido en lo efímero de la fama y en la profunda soledad de su cuarto de hotel se cuestiona su miserable cotidianeidad con la forzada llegada de su puberta hija: Cleo o Sofia o Elle Fanning.
Coppola no solo nos inserta en la hedonista monotonía de consumo en la que vive este hombre a través de su cámara casi inmóvil e imperceptible, si no en el desazón interno del personaje, en ese hastío en el que la mayoría de la sociedad contemporánea esta depositado sin si quiera saber por qué. Contraponiéndolo con la efervescencia de la juventud/niñez del personaje de Cleo, que finalmente llega para inyectarla vida a un alienado Johnny Marco.
Somewhere podría resultar un ensayo sobre “La Era del Vacío” de Lipovetsky o “La insoportable levedad del ser” de Kundera, lo cierto es que Coppola no
se reduce a contarnos su autobiografía o su sentir personal hacia la relación con su padre, pues su obra refleja “El malestar en la Cultura” (Freud) que al día de hoy resulta cada vez más inefable.
La película es de una narrativa tanto visual como dramática lenta, el espectador común podría desesperarse con facilidad al enfrentarse a un producto que nos invita a pausar nuestras vidas. A bajarle el volumen al ruido en el que vivimos, convivimos y nos relacionamos.
Como siempre en las películas de Sofia, el soundtrack es sumamente importante, en Somewhere destacan: Phoenix-“ Love Like a Sunset” y de Julian Casablancas “ I’ ll Try Anything Once”
Sofia Coppola no es una director facíl de digerir, sin embargo cuando lo terminas de masticar el resultado es incredible. Este escrito podrá sonar fatalista o apocaliptico, pero creo que al final, como la pelí lo sugiere…en algún lugar…todavía hay esperanza, todavía hay algo por lo que vale la pena vivir/seguir.
Mi escena favorita: La de la alberca.