¿Son los cambios de género realmente necesarios?

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En el 2013, daría inicio de forma discreta una tendencia que, actualmente, está creando furor. En ese año, se lanzó el remake de uno de los grandes clásicos de terror: Evil Dead, pero en esa ocasión, Ash era una mujer. Después de ello, vendría la versión femenina de los Caza-Fantasmas, y tras de ello, los anuncios de nuevas versiones de Splash y la Gran Estafa, nuevamente con los géneros cambiados. Obviamente, esta nueva visión cinematográfica está ocasionando todo tipo de polémicas, pero la pregunta sigue en el aire... ¿Es realmente necesario?.

No nos engañemos, esta nueva tendencia es simplemente una forma en que Hollywood de capitalizar la tendencia de inclusión que se ha suscitado en la sociedad. Obviamente, eso implicaría una oportunidad creativa excelente, el poder crear nuevas historias, personajes y franquicias en donde las mujeres tuvieran papeles más dinámicos y asertivos. Sin embargo, eso les implica comenzar de cero, con conceptos que la gente, de entrada, no conocería, y que podrían o no funcionar, y más con una propuesta tan novedosa.

Por ello, el hacer adaptaciones de clásicos, con una inversión de género, llena muchos de los huecos que se buscan: Son nombres que los espectadores identifican y generan interés, y al mismo tiempo, la inversión genera curiosidad en algunos grupos, mientras que otros acudirán apoyando a las tendencias de inclusión. De una u otra forma, se garantiza la asistencia de un grupo interesado, capaz de justificar la cinta en taquilla.

Pero obviamente, al igual que cualquier tendencia guiada por una moda, eventualmente su efectividad disminuirá, hasta dejar de tener fuerza. Sólo en ese momento, los productores tendrán que comenzar a buscar material original con mujeres fuertes, o morirá por agotamiento, sin dejar ningún cambio. El que pasará, se verá en un par de años, y puede generar un bache importante en las producciones hollywoodenses.