El director François Ozon desde las trincheras retrata una actividad netamente humana, das voyeur, el voyerismo que ahora con la tecnología resulta mucho más sencillo y trivial, Sin embargo el realizador establece sus propias reglas, es su filme, las crea y las lleva a cabo con una sutileza, un toque de dramatismo combinado con sarcasmo sumamente heroico.
Me quiere, no me quiere y la revolución del aislamiento
El mundo del amor cambia, y el cine, como acto de representación o actualización cultural, está consciente de ello. 500 días con