Cada año abunda material audiovisual sobre narcotraficantes—a veces parece un culto o una herencia del cine de gángsters—, pero lo importante acá y el criterio a seguir es el enfoque del contenido.
Acá en Colombia es inherente a nuestra historia la vida de estos mágicos, se les llamaba así en los años 80' porque de la noche a la mañana pasaban de no tener nada a tenerlo todo. Uno de los nombres que absorbió la cultura pop fue el de Pablo Escobar, quien tiene a su imagen seriados, telenovelas, películas, libros etc.
Basado en el libro de Robert Mazur: "Infiltrado: Mi vida secreta en lo bancos sucios detrás del cártel de Pablo Escobar" llegó a las salas de cine como The Infiltrator, película "basada en hechos reales" donde gracias a la interpretación de Bryan Cranston vivimos la historia de Mazur, cuando se infiltró en el cartel de Medellín como un lavador de dinero.
Para aquellos que quieran leer más detalles de boca del propio Mazur sobre la operación en la que se basa éste largometraje, nos permitimos dejarles el enlace de una entrevista que condeció a BBC.
La introducción a esta crítica la pueden encontrar en Cinco estrenos no hollywoodenses que no puedes dejar pasar. Abajo encontrarás la crítica que nosotros el equipo de CINE3 tenemos para nuestros estimados lectores.
Lo bueno
Yin Yang: un acercamiento a personajes menos genéricos
Algo que le quita objetividad a los personajes que vemos en pantalla es el molde típico en el que los han aislado por años: el villano es malos porque sí, y el bueno siempre será ético y bonachón. Nada más alejado de la realidad, por ejemplo, tenemos el pensamiento Taoísta del Yin Yang: donde se nos presenta la filosofía de las energías positivas y negativas que confluyen otorgando el equilibrio necesario al universo.
Otra forma de decir que nadie es totalmente bueno o malo, dentro del ser hay dos fuerzas interiores que pelean por salir, a veces sale lo peor o lo mejor de nosotros. Tal vez ese sea uno de los secretos del éxito de Breaking Bad, seriado donde somos testigos de la metamorfosis de un reprimido profesor de química en un peligroso señor de la droga.
Ello es lo que vemos en The Infiltrator donde Mazur se pierde en el personaje que está interpretando y se va convirtiendo en el alter ego que creó para entablar lazos con los narcos.
Roberto Alcaino (Benjamin Bratt) fue una apuesta por humanizar la imagen del traficante de drogas, ya que se le muestra como un hombre de familia y leal. Su actuar es contracorriente al resto de sus "socios".
Finalmente Emir Abreu (John Leguizamo)—único colombiano reconocible en la película—un personaje que ni bueno ni malo, se desliza por toda la cinta despertando sospechas sobre su lealtad.
Tensión constante: la dirección parece heredada de Breaking Bad
Algo que hay que aplaudir acá es que te mantienen cautivo durante el metraje. Es muy entretenida; ya que los elementos de ficción (típicos de estos relatos románticos del distribuidor de droga) se pueden exagerar todo lo posible en función del entretenimiento, escenas violentas, de índole sexual, lenguaje, luces, música etc. Cada tanto de minutos está pasando algo nuevo y se siente la amenaza constante de la pregunta que está en el aire desde que acudes a verla ¿atraparán al infiltrado?
Algo que me recuerda seriados similares como Narcos o Breaking Bad, donde uno de los secretos de su adictiva narrativa es que cada minuto nos entregan información nueva y la violencia es graduada; cada poco sube la tensión, sube el suspenso, sube el drama hasta que ¡BOOM! Cual montaña rusa a 24 fotogramas por segundo, volvemos al inicio hasta el clímax violento o espectacular.
Visualmente te mantiene atrapado
El arte de esta película ambientada en los años 80' nos mantiene cautivos. En la teoría de guión hay algo llamado el rapto; en palabras simples es mantener inmerso al espectador de tal manera que olvide que está viendo una película. El arte del largometraje (es decir, vestuarios, locaciones, música, etc), todo lo que se presenta en la pantalla es representativo de la época y nos convence de la década a la que pertenece. Desde un detalle tan simple como la forma de vestir, peinarse, los accesorios, los lugares que visitan etc.
Una gran labor detrás de la imagen en pantalla, porque un solo detalle que no vaya con el ambiente y listo: sales del secuestro audiovisual que se supone la película debe someterte. A veces los detalles hacen a la obra.
Lo malo
Erróneo lo de los carteles de la droga
El cártel de Medellín sí manejó mucho dinero, pero pasar de eso a decir que fue el más grande cártel de la droga de la historia, no deja de sonar a chiste publicitario. Obviamente esta obra de ficción tiene sus exageraciones—al igual que Narcos y muchas producciones alrededor de los traficantes colombianos—todo justificado dentro del espectáculo.
Pero, la verdad del asunto es que cuando un cártel en su conjunto es herido de gravedad, otro cártel rival está listo para tomar su lugar en un bucle incontrolable. Además de otras organizaciones vigentes más peligrosas y de tentáculos más largos. Esa aclaración que no se le da al receptor afecta la imagen de la población representada en estos films, ¿estereotipos dónde?
Los personajes femeniles parecen adorno
Excepto por kathy ertz (Diane Kruger) la cuota femenina en esta cinta no afecta a la historia. La falta de relevancia en el resto del elenco de mujeres dejó mucho que desear, mujeres histéricas, madres preocupadas, niñas llorando, esposas que no entienden a sus maridos hay de sobra en el cine. ¿No podían crear una dama de hierro y darle su respectivo ángulo? Resulta curioso pensar que ese es otro punto bajo en Breaking Bad y Narcos. Ya va siendo hora de romper los roles clásicos e intercambiarlos, no sólo con los personajes masculinos.
Para terminar, nos encontramos con una gran aportación al género criminal, que aunque tiene algunos pecados renuentes como otras producciones anteriores, no deja de ser un paso más en el séptimo arte que nos acerque a historias cada vez más humanas y menos amarillistas. A veces todo es cuestión de enfoque, así fuera la típica historia de expendedores de droga se arriesgó con personajes menos caricaturescos y más humanos.
FICHA TÉCNICA
Título: The Infiltrator
Dirección: Brad Furman
Guión: Ellen Sue Brown (pantalla) (como Ellen Brown Furman), Robert Mazur (basado en su libro)
Reparto: Bryan Cranston, John Leguizamo, Diane Kruger, Yul Vazquez, Benjamin Bratt.
Género: Crimen, drama, suspenso, biográfico.
Duración: 127 minutos
Año: 2016
País: Estados Unidos
Fotografía: Joshua Reis
Música: Chris Hajian