Como si fuera una película de Martin Scorsese o los hermanos Coen, los estafadores James David Williams, Steven Brown y Gerard Seppala consiguieron ganar la cifra de 12 millones de dólares fingiendo ser productores de cine en Estados Unidos.
Pinchando aquí pueden acceder a la historia completa publicada por Variety.
Los tres autores de la estafa tienen contactos en la industria cinematográfica, Gerard Seppala tiene incluso una productora, siendo el director ejecutivo y fundador de Ironbound Studios.
Consiguieron convencer a inversionistas y entidades de crédito para que financiaran supuestas películas y documentales que iban a realizar, obteniendo entre medio millón y tres millones de dólares con cada uno de ellos. Los estafadores también falsificaron registros financieros para "demostrar" a dónde iba ese dinero.
Cuando llegaba el momento de repartir los beneficios, los timadores usaban el dinero de los nuevos inversionistas para pagar a los que fueron estafados antes y así sucesivamente. Cabe destacar que por supuesto ninguno consiguió recuperar todo el montante invertido, incluso hubo quienes se quedaron sin un sólo centavo. Obteniendo la mayor parte de los beneficios, los estafadores llegaron a conseguir la cifra de 12 millones de dólares.
No está muy claro para qué utilizaron el dinero, pero James David Williams lo habría usado para comprarse una casa en California, un coche nuevo y pagar la matrícula de la universidad de sus hijos.
Los tres fueron detenidos recientemente y acusados de fraude y blanqueo de dinero, pero seguramente también tengan cargos por falsedad documental, cheques sin fondos y demás herramientas que tuvieron que utilizar para llevar a cabo tal estafa.