Tres imperdibles adaptaciones cinematográficas clásicas de las obras de H.G. Wells

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No entraremos en detalle sobre el argumento ni respecto a las novelas de Herbert George Wells, ni en cuanto a la realización de sus versiones cinematográficas, pues en ambos casos, ningún resumen, critica o análisis debe ser motivo para exentarse de su lectura y su contemplación, según corresponda. Que sirva esta lista sólo como una aproximación que despierte el interés en adentrarse a la obra de este genio de la ciencia ficción y la labor que el cine ha realizado para acercarlo a todo público.

1- El hombre invisible (The invisible Man)

The Invisible Man

Universal Pictures fue la encargada de llevar al celuloide, en 1933, El hombre invisible, novela fantástica, de ciencia ficción y terror de Herbert George Wells. La tarea no fue fácil, sobre todo por la negativa del autor a que otra de sus obras fuese adaptada sin escrúpulos. Y es que un año antes La isla de las almas perdidas había sido una decepción para Wells, quien había cedido los derechos de su novela La isla del Doctor Moreau.

Esta vez puso como condición, que el guion se ajustara al texto original. Los escritores R.C. Sheriff, y Philip Wyle hicieron lo propio, sin embargo, el director James Whale, dio un tinte humorístico al protagonista que no gusto para nada a H. G. Wells. El actor Claude Rains interpretaba a Jack Griffin, personaje principal de la novela, pero lo retrataba más como un megalómano que como un demente que pretendía devastación del sistema social.

Fuera de eso, la película conserva la crítica de la sociedad rural inglesa y principalmente, la atmósfera de ansiedad que produce ser invisible y el terror que despierta la posibilidad de un asesino al acecho al que no se puede ver. Por último, queda patente la desconfianza ante los avances tecnológicos que ha traído la ciencia, en la figura del hombre enloquecido por su utilización.

 

2- La guerra de los mundos (The War of the Worlds)

War of the Worlds

En 1953, la Productora Paramount Pictures llevó a la pantalla grande la primera película de invasión extraterrestre. Es verdad que antes se habían estrenado películas sobre alienígenas llegados a nuestro planeta, pero en ninguna de ellas se daba una irrupción violenta y masiva.

La dirección estuvo a cargo de Byron Haskin, sin embargo, parece superponerse en todo momento la visión del productor George Pal, quien ya tenía en su haber otras dos películas de ciencia ficción (Con destino a la luna y Cuando los mundos chocan) con las mismas características, es decir, un gran presupuesto, filmadas a color y con grandes efectos especiales.

Incluso la adaptación que el guionista Barré Lyndon hace de la novela de H. G. Wells, responde a la concepción de Pal, y es por eso que quizá sea la adaptación de una novela de Wells que más se aleja de la historia original. Aunque el argumento es el mismo: invasores que llegan a destruir a la humanidad para quedarse con la tierra, la trama es muy diferente.

Mientras el clásico de H. G. Wells se desarrolla en el Londres de 1890, es decir, durante la época del imperio británico, la película se traslada a la California de los años 50’s, exactamente en los inicios de la guerra fría. Wells pretendía realizar una crítica al abuso del poder anglosajón, que muy bien podría caer bajo la superioridad tecnológica, en este caso, de los alienígenas. En la película, es la nación que acaba de soltar sobre Hiroshima y Nagasaki el terror de la bomba atómica, la que en contra de los marcianos no tiene poder alguno, ni siquiera con la propia bomba.

Por otro lado, el personaje principal, que en la obra de Wells es quien narra, en la película es sustituido por la pareja romántica de Gene Barry y Ann Robinson. En cuanto a la descripción de las máquinas, lo primero que salta a la vista es su forma, de trípode en la novela, se convierten en nave con forma de manta raya en el filme.

Una licencia más que se toma Pal, es respecto al uso de la religión. Para Wells el personaje del pastor que sucumbe al terror y se vuelve loco, simboliza la frágil personalidad que construye la iglesia (debemos recordar que el autor era ateo), en cambio en la película el pastor se sacrifica por sus fieles, y al final la gente atestada en las iglesias orando por un milagro, parece ser escuchada cuando de pronto los foráneos caen sin razón aparente. Wells en cambio hace hincapié en una explicación científica, cuando los marcianos al no poder adaptarse a nuestro planeta, son derribados por los seres más pequeños que lo componen: las bacterias.

 

3- La máquina del tiempo (The Time Machine)

The Time Machine

Aunque es la primera en la obra literaria de Wells, se lleva a la pantalla grande hasta 1960, de la mano de George Pal, quien no se conformó con llevar la producción de otra adaptación al cine de las obras de Wells, pues además dirigió la cinta.

La máquina del tiempo es, empero, menos ostentosa que La guerra de los mundos, sin embargo, el argumento, la trama y el desarrollo de los personajes están mucho más pulidos. También aquí se vuelve a hacer notoria la religiosidad del productor y ahora director, pues sus personajes desconfían de la ciencia ya que va en contra de las leyes divinas.

En la novela, el inventor viaja miles de años en el futuro hasta llegar a un tiempo en que la humanidad ha evolucionado en dos vertientes, por un lado, los Eloi, humanos de baja estatura, indefensos y dedicados únicamente a satisfacer sus necesidades, sin tener que trabajar. Por otro lado, los Morlocks, seres que habitan el subsuelo, monstruosos y que se alimentan de los Eloi.

Para Wells, el viajero del tiempo concluye que los Molocks son descendientes de la clase obrera y los Eloi los heredados de la burguesía. Una crítica a la sociedad victoriana que el autor vivió. En la película en cambio, los Molocks y los Eloi se presentan más como dictadores y víctimas respectivamente. Los primeros son bestias, no obstante, su organización, en cambio, la apariencia humana de los Eloi no permite identificar en qué han cambiado respecto a la época del viajero.