Tres películas de terror asiático que debes ver pero no te dejarán dormir

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Durante más de dos décadas, el terror asiático se ha hecho presente en la escena independiente y mainstream como un poderoso huracán gracias a su efectivo y original estilo. Tal ha sido su impacto, que Hollywood cayó rendido a sus pies y ha creado más de un puñado de remakes de las producciones orientales.

 

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¿En qué radicará que el terror asiático sea tan escalofriante? ¿Las diferencias culturales? Las películas coreanas, malasias, japonesas, tailandesas y más, son espectaculares, y han demostrado una y otra vez a la audiencia de occidente que no se necesita un presupuesto multimillonario para crear un maravilloso film, y que no siempre el gore es el elemento principal que impresiona y somete al público.

En Cine3 hemos reunido una lista de tres cintas que nos hacen tener que prender la luz en la noche después de verlas, o pensarla dos veces antes de ir al baño a mitad de la noche, o que simplemente no nos dejan conciliar el sueño.

Para esclarecer el criterio en el que basamos la recopilación, no incluimos películas recientes que han ganado popularidad en su país de origen y el mundo, tal es el caso de las taquilleras Train to Busan y The Wailing, para dedicar este espacio a recomendar otras producciones que al igual que las mencionadas, vale la pena ver y morirse de miedo.

 

3 Pulse (2001)

Título original: Kairo

Después que uno de sus amigos se suicida, cosas extrañas empiezan a acontecer con un grupo de jóvenes residentes de Tokio. Uno de ellos tiene visiones de su amigo fallecido en las sombras de la pared, mientras que la computadora de otro continúa mostrando imágenes extrañas y fantasmagóricas. ¿Se trata de su amigo tratando de comunicarse del más allá, o es algo siniestro?

Escrita y dirigida por Kiyoshi Kurosawa, además de ser completamente espeluznante con su intensa fotografía y su inquietante atmósfera, contiene ingredientes de interés social, como por ejemplo, el impacto de la saturación de la era digital, que hace 16 años, apenas se podía imaginar lo que sería al día de hoy, y sin embargo, la producción japonesa integró a su relato de fantasmas  una era de la conectividad que se comenzaba a asomar, utilizando el recurso de la mejor manera, logrando mezclar el terror con el miedo que brotaba de la tecnología de uso diario.

El interés que Pulse despertó, la convirtió en una cinta de culto que, naturalmente, dio paso a un remake estadounidense, pero ojo, no presten atención a la versión protagonizada por Kristen Bell. Si buscan lo bueno, la versión original es su mejor opción.

 

2 Shutter (2004)

Título original: Shutter

Shutter explora el fenómeno de presencias sobrenaturales en las fotografías y la línea entre lo que es real a través de las vidas de Thun, un joven fotógrafo, y su novia Jane, después de que el par descubre misteriosas sombras en sus imágenes posterior al haber huido de la escena de un accidente. A medida que investigan el fenómeno, destapan que otras fotografías contienen imágenes sobrenaturales similares, que sus mejores amigos son acosados también, mientras que Jane se da cuenta que su novio no ha sido sincero por completo. Pronto, está claro que no puedes escapar del pasado.

El film está catalogado como uno de los primeros y más notables en la escena moderna del terror tailandés, y aunque la premisa puede no sonar muy atractiva en 2017, te recomendamos darle una oportunidad si no la has visto, y verás que no te vas a arrepentir. Su fotografía y sus efectos especiales, dan la impresión de estar viendo algo real y aterrador. No la veas antes de dormir.

Nuevamente recomendamos no prestar atención al remake estadounidense protagonizado por Joshua Jackson y Rachael Taylor. Lo que vale la pena es el material original.

 

1 Ju-on: The Grudge (2002)

Título original: Ju-on: The Grudge

Si lo tuyo no es mucho cine de terror asiático, entonces este será el film cuyo título te suene conocido, y eso puede ser a raíz de que… sí… Hollywood también la readaptó para el gusto de la audiencia de occidente, aunque esta vez, por lo menos conservaron al director de la original Takashi Shimizu. Punto a favor.

Volviendo a lo que nos interesa, la escrita y dirigida por Shimizu en 2002, es la tercera entrega de la saga de ocho filmes Ju-on, y podemos asegurarte que es también la mejor de todas. Algo raro ¿cierto? Así de buena es.

Su relato se basa en la vieja temática de la casa embrujada, así como de una creencia popular en Japón, “el fantasma vengativo”, la idea de que cuando alguien muere de una manera brutal, víctima de una ira, nace y deja una maldición en el lugar donde falleció. El guión se enfoca entonces en Kayako, un ente que asesina a quien entre en contacto con ella, y en Rika Nishina, que se encuentra deseando descubrir el origen de dicha maldición.

Su atmósfera, fotografía, efectos visuales, caracterización y cualquier valor de producción que se nos pueda ocurrir, es total y completamente alucinante y estremecedor. Aquellos que estábamos “acostumbrados” al terror proveniente de la industria de Estados Unidos, sabemos de ciertas reglas del género, Kayako nos enseñó que no existen las reglas, y eso… perturba los sentidos.

De Ju-on aprendimos que nunca jamás nos debemos mudar a una casa donde ocurrió un asesinato.