Una Tempestad y un Estado Rojo cimbran Sitges 2011

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 Corresponsal de homocinefilus en España

El tiempo para el cine británico más intenso en la altepenúltima jornada de Sitges 2011 ha venido de la mano de The Tempest, en la que supone una de las mejores, sino la mejor puesta en escena de la complicadísima obra teatral de William Shakespeare con una Hellen Mirren interpretando el mejor Prospero visto hasta la fecha. Tenía por delante un enorme desafío la directora británica Julie Taymor, que solventa contando con una serie de actores de primera fila, y con los escenarios perfectos para el desarrollo de una acción, narrada en el inglés arcaico original, y con una meritoria fotografía que lleva al espectador a sumergirse en los elementos metafóricos con los que Shakespeare representa el omnipresente destino en sus obras. Una de las grandes sorpresas del festival que merece varios visionados para poder ser saboreada en toda su intensidad y que hace uso con moderación de los efectos especiales para acentuar el dramatismo y dotarla de más explendor.

También británica se presentaba la película Kill List del realizador británico Ben Weathley en lo que supone su debut como director de largometrajes con una película visualmente muy potente que maneja el uso de escenas de violencia con proporción para evitar saturar la retina del espectador y conseguir mantener el tono. En esta historia, un asesino a sueldo recibe la orden de eliminar a una serie de personajes que parecen no tener conexión entre ellos con un extraño símbolo de fondo que da sentido a la trama casi al final de la película. Eficiente y efectista, resulta la ejecución perfecta de un estilo de cine que podríamos pensar que es exclusivo de las factorías de cine norteamericanas, bordada con una ágil interpretación de actores surgidos en su mayoría del teatro, lo que les dota de una fuerza característica que hace que la película se antoje corta por la intensidad de su metraje.

Como contrapunto, se exhibió Red State del director estadounidense Kevin Smith, presentando una película que en sus primeros instantes parece pertenecer al subgénero slasher pero en la que se salta cualquier tipo de estructura par aproponer un esquema de trabajo novedoso bordado con unos intensísimos y desternillantes minutos finales que nos traen a la cabeza tantas producciónes con la firma de Silent Bob, el alterego de Smith. La conclusión del film resultó ovacionada con estruendo por el público que salió satisfecho y con un buen regusto.

Regusto que echamos a faltar en la esperadísima última cinta de Francis Ford Coppola, Twixt, en lo que parece ser un homenaje fallido a la figura de Edgar Allan Poe y que ni siquiera un más que correcto Val Kilmer consigue rescatar del tedio generalizado. Con un abuso de los escenarios oníricos y una carente justificación de escenas en 3D, la película no aporta nada positivo a lo que parece ser una cuesta abajo sin frenos del realizador de El Padrino. Decepcionante en palabras del público, explota la tan trillada historia del escritor venido a menos en plena crisis de creatividad, y el espectador tiene en todo momento la sensación de estar asistiendo a una película ya vista antes, que trata de beber de las fuentes de David Lynch con poco éxito.

La selección se completó con la cinta de terror The Woman de Lucky McKee, que en palabras del propio productor y corroborado por el visionado del metraje, se aleja de sus ya clásicos objetos de culto May (2002) o El Bosque Maldito (2008), presentando una cinta correcta en la que una familia de clase media, encabezada por un padre sin escrúpulos captura a una mujer salvaje y es conservada como mascota atada en su finca. La película admite diferentes lecturas, pero todas ellas confluyen en la conclusión de que realmente el verdadero enemigo del hombre es el hombre, tema que ha sido recurrente en toda la edición del festival.
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