Vidrio para efectos especiales, hecho en casa

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Porque siempre quisiste hacer ésto.
Porque siempre quisiste hacer ésto.

En esta época moderna, con los grandes avances de la química, y la aparición del CGI, los efectos especiales son mucho más fáciles de lograr. Sin embargo, lo que antaño les faltaba en tecnología les sobraba en ingenio, y nos legaron muchos trucos muy sencillos, pero bastante vistosos. Uno de ellos es la receta para hacer vidrio fácilmente destrozable, y que es mucho más seguro que el real, y la receta seguramente les asombrará.
Primero, toma una charola grande de repostería, lo más plana posible, y la untas ya sea de mantequilla, si piensas comerte tu creación, o aceite para bebé si no piensas hacerlo. Ponla a refrigerar de modo que esté lo más fría posible para la siguiente etapa.
En un recipiente amplio, pon dos cucharadas de agua, y una taza de azúcar, poniéndolo a calentar a fuego muy, muy bajo. Hay que agitarlo durante varios minutos, así que hay que ser paciente, hasta que se funda por completo, y adquiera una consistencia transparente. Si la dejas calentar demasiado, se tornará ámbar, que si bien sigue siendo convincente, no logra el mismo efecto.
Debes de manejarlo con cuidado, pues el azúcar fundida puede provocar quemaduras muy dolorosas.
Cuando tengas la consistencia que buscas, deposítala de un solo golpe en la charola, de modo que forme una capa uniforme, y déjala endurecer a temperatura ambiente. El resultado es una hoja indistinguible del vidrio real, pero mucho más seguro. Sácala de la charola con cuidado, pues es muy fácil que se rompa.
Sólo recuerda que este material es más seguro, pero no completamente inocuo. No lo rompas sobre la cabeza de alguien, más si es muy grueso. Su uso ideal es para romperlo bruscamente al entrar, o destrozarlo de un puñetazo. Si quieres ser más impactante, muérdelo, pero si piensas hacer eso, usa la mantequilla. No se desprende tan fácil que con el aceite de bebé, pero no es tóxico.
Si lo piensas usar para cuestiones cinematográficas, ten listas unas tres o cuatro hojas, pues nunca sabes cuantas veces se debe de repetir una escena. Y sobre todo, mantenla alejada del agua. Aunque claro, es un efecto muy vistoso arrojarle un líquido a la ventana, y que el vidrio se vaya deshaciendo poco a poco.