Wes Anderson presenta su nueva película, Isla de Perros

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En algunos lugares ya se ha estrenado, en otros lo hará próximamente. El caso es que la próxima película de Wes Anderson es Isla de Perros.

Para promocionarla en España, el cineasta ha hablado con SensaCine, haciendo una de sus entrevistas más locas, junto a los también guionistas Jason Schwartzman y Roman Coppola.

Wes Anderson: ¡Está nevando! Esto no debe pasar muy a menudo por aquí…

Alejandro: En efecto.

W.A.: Mmmmmm… En Berlín tampoco.

A: Una primera pregunta un poco rara: ¿Os gusta hacer las giras de prensa? Ir de país en país, contestando las mismas preguntas una y otra vez…

W.A.: Mira. Esta mañana he hecho la primera entrevista del día y estaba yo solo. No me había pasado eso en… ¡años! Porque antes, como con Isla de perros ahora, siempre somos un pequeño grupo hablando y contestando a los periodistas. Y es algo que prefiero. De hecho, llegas a un punto que dices: "Esta pregunta la voy a contestar como lo hubiera hecho Jason" [Schwartzman se troncha].

Roman Coppola: En ocasiones te hacen preguntas muy estimulantes. Y eso es bonito. Pero lo que agota son las preguntas de los "por qué". ¡Esas son muy difíciles! Prefiero mucho más los "cuándo" y los "cómo". Los "por qué" los tienes que interpretar y es difícil. "¿Por qué te has vestido así?". Prefiero que me pregunten: "¿Cuándo fue la primera vez que te compraste ropa tú solo?" Pero los "por qué" son demasiado relativos.

W.A.: ¡No queremos "por qué"! ¡Basta ya!

[Schwartzman se vuelve a reír]

Jason Schwartzman: Estoy de acuerdo. Los "por qué" son una agresión al cerebro.

W.A.: Es como cuando me preguntan: "¿Por qué la película transcurre en Japón?". ¡No tengo una respuesta para eso! Simplemente ocurre en Japón.

[Cojo mi libreta y tacho la pregunta "¿Por qué la película transcurre en Japón?". Esta vez logro hacer reír a todos]

R.C.: Claro. Mejor pregunta cuándo fue la primera vez que supimos que Japón existía. ¡Wes! ¿Cuándo viste tú tu primera película de Kurosawa?

W.A.: ¡Buena pregunta! Fue en la universidad y la película fue Rashomon (1950). Lo que es curioso porque nunca pienso en Rashomon como fuente. Me gustan más las primeras donde hay mucho judo (La leyenda del gran judo, 1943) o las que ocurren en la ciudad (Vivir, 1952). Me alegra que me hayas hecho esa pregunta. [Roman, paradójicamente, sonríe como un gato].

A: Entonces, si he de elegir mi próxima pregunta, ¿cuál preferiríais? Algo complejo, como que me expliquéis el sentido de la vida, o algo fácil, como: "Por qué Jason no pone voz a ningún perro?".

W.A.: ¡Hagamos las dos!

R.C.: No me gustan. Son dos preguntas de "por qué". Muy difícil para mí.

W.A.: Yo creo que Jason no está en la película porque no queríamos usar las mismas voces que en Fantástico Sr. Fox (2009).

J.S.: ¡Pero Bill Murray estaba en Fantástico Sr. Fox! Claro, como él tiene vía libre con Wes…

W.A.: Ya, pero no es lo mismo... Jason tenía un papel protagonista en esa y su voz tiene una personalidad muy potente. No me apetecía usar las mismas voces… aunque imagino que no hubiera pasado nada.

J.S.: Hiciste lo que te pidieron las tripas. [Ríen]

W.A.: ¡Roman! ¿Cuándo pensaste por primera vez en el sentido de la vida?

R.C.: ¡Muy buena pregunta! Mmmmmmm… No me acuerdo…

W.A.: A mí me gusta mucho El sentido de la vida (1983) de los Monty Python. No sé si eso sirve...

J.S.: ¿Es aquella en la que un hombre explota de tanto comer?

R.C.: 'Yeah!'.

J.S.: ¡Ah! Esa es buena.

A: Citáis mucho a Kurosawa como referencia de Isla de perros, pero tengo la sensación de que el cine de Wes Anderson sólo está influenciado por la mente de Wes Anderson...

W.A.: La verdad es que pensamos tanto en Kurosawa como en Miyazaki. Y lo hacíamos todo el tiempo. Algunos personajes de Isla de perros están trazados pensando exactamente en actores de Kurosawa como Toshiro Mifune, Tatsuya Nakadai o Takashi Shimura. Y hay una secuencia en nuestra película que está calcada de una de Kurosawa. Esa en la que hay un grupo de gente en una habitación, y uno dice: "Nos conocemos desde hace diez años y desde hace cinco hemos sido enemigos. Pero ahora… somos amigos de nuevo". Claro que… ¡me sale totalmente diferente a como le salió a Kurosawa!

[Ahora soy yo el que me río]

W.A.: Kurosawa era capaz de meter a ocho personajes en el plano y construir una secuencia brillantísima sin cortar. Yo tengo que tirar un plano con uno, luego corto, luego pongo otro, y así. Además de que planteo hasta el mínimo detalle que aparece en el plano, y eso acaba dotando a la película de un ritmo muy determinado. Vaya, que a mí me lleva cinco meses lo que a Kurosawa le llevaría una tarde.

J.S.: Lo que está claro es que no buscábamos copiar a Kurosawa o Miyazaki; más bien cazar algunas de sus emociones. Preguntarnos cómo podríamos captar ese sentimiento estético que emana de una secuencia en la que Kurosawa filtraba la luz del sol a través de una puerta en el interior de una habitación.

W.A.: Cierto. También pensábamos lo mismo de los silencios que hay en el cine de Miyazaki.

J.S.: ¡Buah! Es que Miyazaki es el maestro del sonido. Tú mira cualquier película de animación: son puro ruido. Ruido por todas partes. En el cine de Miyazaki te da tiempo a inhalar y exhalar mientras transcurre uno de sus silencios.

[Me avisan desde PR de que me queda una pregunta. Wes conmuta mi pena: "Mejor haz dos más"]

A: Es alucinante el nivel de control que posees sobre todos y cada uno de los detalles que se ven en cada 'frame' de tu obra. Imagino que con la animación será aún más satisfactorio que con la acción real...

W.A.: Tanto en animación como en acción real no se trata tanto de controlar los detalles como de poner todos los ingredientes juntos de manera casi armónica. Y en ambas tienes que dar forma a machetadas, como si trabajaras una escultura, para que la imagen acabe quedando como tú quieres. Pero no me siento como si forzara el control del plano; es más el encontrar las mejores ideas para el mismo y preguntarme: "¿Cómo encajaría todo?". No es tan diferente a cocinar un plato. Tienes la idea previa de lo que quieres, tienes la receta, pero luego vas jugando con los ingredientes, con los tiempos de cocción, etc. Lo que pasa es que al ser animación se trata de recetas que requieren muuuuuucha preparación. Pero todas tienen su libertad, sus accidentes, sus imprevistos. También hay veces que, una vez terminado, tienes que quitar ingredientes. A su manera es puro sentimiento. Más o menos ese sería el proceso.

A: ¡Última pregunta! ¿Se podría decir que Isla de perros es una película política?

W.A.: Sí.

R.C.: Seguro.

J.S.: Claro.

W.A.: No era el propósito inicial. Pero, a medida que fue creciendo el proyecto, la cosa cambió. La historia fue requiriendo que apareciera cierta política en ella. De hecho, hay un minigobierno (maléfico) en Isla de perros. Pero mientras estábamos rodando, el mundo cambió a nivel político. Y eso, sin duda, acabó colándose en la película.