Antagonista, rival y enemigo

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thejocker
Sin duda, un enemigo

Para que una cinta tenga interés, es indispensable que exista un conflicto, y si bien no siempre debe de ser un humano, la gran mayoría de las veces se trata de uno. Sin embargo, usualmente se piensa que esa persona que origina el conflicto debe de ser un villano, o alguien que le desea al mal al protagonista, e incluso acabarlo. Es el caso en muchas ocasiones, pero no es tan frecuente como nos imaginamos. En realidad, podemos reconocer tres niveles, cada uno de ellos bien claros y definidos.

  • Antagonista: Teóricamente, todo individuo cuyas acciones se opongan a los objetivos del protagonista lleva este nombre, pero para fines de esta división, se considera sólo aquellos en donde la oposición es circunstancial. En esta categoría entra la chica a la que se quiere enamorar sin conseguirlo, el hijo rebelde, o el padre que no entiende los objetivos de su vástago, caen en esta categoría. Básicamente, no hay malicia, simplemente son intereses encontrados, o simplemente sin coincidencias.
  • Rival: En este caso, ambos buscan un objetivo común, que sólo uno podrá alcanzar, pero no hay realmente enemistad entre ambos, e incluso - pero no siempre - pueden ser amigos, o haber respeto entre ellos. Para que exista este nivel, ambos deben de estar al mismo nivel moral: O los dos compiten limpiamente o, en el caso de que sean dos criminales tras el mismo objetivo, los dos utilizarán el mismo nivel de trampas.
  • Enemigo: En este caso no hay duda, ambos quieren verse caer, que dependiendo del nivel moral de ambos puede ir desde el ridículo hasta la muerte. Incluso en este nivel, existen grados, que van desde la muchacha que quiere humillar a todos los miembros de la escuela que no la admiran, hasta el genio del mal que amenaza con destruir la Tierra si sus demandas no son cumplidas. Dependiendo del protagonista, el enemigo no tiene por qué ser malvado. En Expresso de Medianoche, el protagonista era básicamente el criminal, aunque las circunstancias hacían que el espectador simpatizara con él.

Debido a que depende de interacciones entre ambas partes, la función puede variar de una historia a otra, o incluso de uno a otro de los personajes. En X-Men, por ejemplo, Xavier y Magneto juegan en papel de rivales, mientras que para el resto de sus alumnos, es sin duda un enemigo.