En los primeros años del cine, cuando se quería filmar una escena de dos personajes dentro de un auto en movimiento, se recurría a un chasís dentro del estudio, filmándose frente a una pantalla azul, lo que hacía del efecto algo medianamente convincente, pero perfecto para las expectativas de aquellos años. Pero al ir avanzando las necesidades de las nuevas películas, en donde la fidelidad era más necesaria, se crearon algunas soluciones más completas para tales efectos, y entre ellas, la más usada actualmente es el llamado arnés automotriz.
En realidad, este truco es más bien una plataforma colocada tras de un remolque o camioneta, en donde el auto en cuestión se fija firmemente. En el mismo se coloca un juego de aproximadamente dos a cinco cámaras, de modo que se capten diferentes ángulos del movimiento, y se lleva al mismo por una ruta establecida. De este modo, los protagonistas pueden conversar, hacer todo tipo de movimientos o incluso pelear entre ellos sin peligro, pues en realidad ellos no son los que van manejando. Del mismo modo, la colocación de varias cámaras, controladas desde un panel único en la parte de atrás del remolque, permite tener una gran cantidad de tomas de una misma ruta, lo que permite tener una visión más completa.
En persecuciones, es usual intercalar tomas hechas con arnés, con la realizadas por dobles, para conseguir una idea más completa. Algunos arneses pueden tener soportes hidráulicos para levantar o sacudir el auto de forma segura, mientras que el doble posteriormente hace las tomas exteriores. De esta forma también, se evita colocar cámaras muy costosas dentro de un auto que debe de hacer acrobacias muy riesgosas. Como podemos darnos cuenta, las cintas actuales tienen recursos para prácticamente cualquier situación.