El cine de ficheras

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Entre albures y ficheras
Entre albures y ficheras

El cine de ficheras fue un fenómeno en el cine mexicano que tuvo su mayor auge de mediados de los setentas a mediados de los ochentas, y que para muchos fue un gran mal necesario, pues si bien mantuvo viva la industria cinematográfica nacional, lo logró a costa de disminuir enormemente los niveles de calidad de las producciones realizadas.
En una de las mayores ironías de la historia del cine, esta corriente surgió de una de las grandes películas del cine nacional, Tivoli, de Alberto Isaac, estrenada en 1974, que exploraba la vida dentro de un teatro de revista en el México de aquellos años. A partir de ahí, muchos directores tomaron sólo la parte más básica del mismo - las escenas de sexo, los desnudos y los albures - para comenzar a realizar una serie de cintas que consiguieron que los espectadores llenaran las salas nuevamente.
Esta corriente no surgió de la nada, pues fue más bien una respuesta a las sexy-comedias italianas, y el cine erótico frances, que comenzaron a hacerse muy populares en aquellos años. A pesar del nombre, no todas se desarrollaban en cabarets, pero debido a la temático popular que buscaban darle a cada producción, las historias se desarrollaban en los barrios bajos, por lo que este tipo de establecimientos eran sumamente frecuentes. Las mismas solían tener un elenco fijo, con muy pocas variaciones, compuesto por Alfonso Zayas, el "Flaco" Ibañez,Lin May, Sasha Montenegro, Polo Ortín y Pedro Weber, por mencionar algunos.
Su desaparición en la década de los ochentas se debió a un doble fenómeno. Primero, el resurgimiento del cine nacional, y la desaparición de los cabaret, que fueron desplazados por los table dances. Actualmente, se les sigue considerando cine de culto, y forma parte importante de la historia de este arte en México.